Diario lacónico

Terminé de currar a la 1, y como el Diego estaba en rehabilitación me puse a  perder  jugar rankeds del Rocket hasta que llegó y comimos. Después de recoger nos quedamos los 3 en el salón a nuestras movidas, yo leyendo, hasta que llegaron Antoñete y Sara a las 5 y bajamos a la playa, el murciano y yo a jugar a las palas y a bañarnos mientras que la granadina y Diego platicaban en la toalla. Sobre las 7 llegó Josele con la perrita, y cuando terminó de arañarnos a todos nos despedimos de Antoñete y Sara, subimos a cambiarnos y nos fuimos los 4 al Ykebana a por unos cubatas y un mojito de melón. Estuvimos fuera hasta que empezó a hacer frío de verdad, y después de pedírselo un par de veces al puerta nos metimos dentro a perrear como si no hubiera Covid hasta literalmente las 11, que salimos corriendo a casa. La idea era comprar algo de cena fuera, pero todo estaba chapado así que terminamos cenando restos mientras hablábamos de las jugadas de la noche, de la finlandesa con mucha nuez

Me estoy empezando a aburrir de resumir siempre el día de trabajo como tras un día de curro de... , pero claro, he trabajado y esto es un diario, así que creo que fingiré que no me resulta repetitivo. Tras un día de curro y reuniones fui con Diego hasta el Corte Inglés del Puente de la Constitución a recoger las gafas de ver y de sol que se compró y de paso a ver si veía algo para mi, pero solo tenían Ray Ban y Tommy Hilfiger y se me hacían innecesariamente caras, así que nos piramos a la tienda del otro día. Llegamos y mientras las encargaba, Diego esperaba fuera y se cruzó con Sara, que pasaba de casualidad a comprar unas chocolatinas para el alumno que mejor nota sacara en uno de sus exámenes, y volvimos al piso hablando. Cuando llegamos nos pusimos a jugar al Isaac hasta cenar, y luego nos quedamos en el salón cada uno gestionando sus movidas.

 Tras una día de curro de reuniones y pair programming, bajé con el Antoñete y el Diego a la playa a jugar un poco a las palas. Después me fui al Día a aprovisionarme, volví y recogí la compra y cuando me quise dar cuenta eran las 8 y media. A las 9 llegó Jose con una botella de vino de Valdepeñas a cenar y hablar de criptos mientras estaba el fútbol de fondo. Se fue con el toque de queda y repetimos el plan de todas las noches hasta la 1.

Después de un día de curro prácticamente igual al de ayer fui con el Diego a pasear por la playa mientras hablábamos de una idea que había tenido para hacer una casa de apuestas distribuida usando contratos inteligentes a través de la blockchain de Ethereum, pero obviamente cuando llegamos a casa y lo buscamos ya estaba hecho. Al poco vino Antoñete y nos pusimos a jugar los tres al coop local de la última expansión del Isaac, y lo grabé para dejar constancia de lo malos que somos, aunque Antoñete lo dejó a mitad para ver el fútbol con Rafa. Después nuestro murciano preferido se fue, cenamos algo rápido y nos quedamos en el salón, cada uno a sus movidas.

Después de un día de pair programming con mi amigo búlgaro, y mientras Diego, Rafa y Antoñete se iban al Corte Inglés a mirar gafas y ropa de deporte, yo me quedé en el piso para llamar a Ramoni mientras cocinaba y salir a correr luego, aunque el día estaba bastante feo. Nos reencontramos por la noche, cenamos y nos quedamos en el salón, el Diego jugando al LoL casteándolo en la tele, Rafa viendo series y yo leyendo y echando un ojo a la tele cuando Diego gritaba mucho. Cuando todos se fueron a dormir me quedé leyendo, y terminé acostándome a las 2.

Por la mañana nos bajamos Rafa, Fermon, Antoñete y yo a la playa a jugar al futbol. Estuvimos dando unos toques hasta que nos dimos cuenta de que casi siempre con tanto viento la pelota salía volando al agua, así que dibujamos unas porterías en la arena y jugamos un 2v2 hasta la 1. El Rafa y yo tuvimos un choque de pies y me volvió a doler y a poner un poco morado el dedo dedo índice del pie izquierdo, que creo que me torcí en una mala caída haciendo surf hace un par de meses (pensaba que no fue nada grave, pero que me vuelva a doler hace que me preocupe) (pero no tanto como para ir a ningún sitio a que me lo vean). Para comer, estando 6 en el piso, hicimos turnos para cocinar y después Diego e Irene se fueron a su cuarto a ver Blow the man down  a recomendación mía mientras nosotros nos quedábamaos en el salón; los madrileños viendo el fútbol mientras yo seguía leyendo Medio mundo .  Irene se fue cuando Antoñete y Sara llegaron y fuimos todos a nue

Por la mañana quedamos con Antoñete sobre las 12 en el mirador amarillo de Playa Santa María y al llegar nos encontramos con las olas más grandes que habíamos visto nunca; olas de varios metros haciendo tubos que la peña aprovechaba para surfear aun a riesgo de fenecer en el mar bravío. Fuimos andando hasta el Mercado y, como siempre, fuimos pidiendo un poco de todo, pero especialmente empanadillas criollas. Antoñete e Irene, un poco más juguetones, pidieron también ostras y erizos de mar. Poco antes de terminar llegaron Jose y Nani a comer, así que les dejamos la mesa y fuimos andando por el paseo marítimo hasta el Mare's, donde tomamos unos cafeses con vistas al mar y a los surferos que seguían. Sobre las 7 volvimos al piso, parando de camino en el Jamón para avituallarnos para la noche. Ya en casa sacamos el poker (al que no habíamos jugado todavía) y Jose y Fermon nos aprendieron a jugar al resto mientras que Antoñete se sacaba escaleras de color. Fermon y Rafa cometieron el fa

Como todos los viernes terminé de currar pronto, y a las 6 máh o meno llegamos los 4 al Ykebana. Habíamos quedado también con el Jose a las 6 y media, pero como ya nos la sabíamos Rafa se calentó y se apostó una ronda de chupitos (que terminó perdiendo por 10 minutos) a que no llegaba antes de las 7 y media. Al poco llegó también Irene directa desde Vejer y, aun estando justo debajo del altavoz principal, estuvimos hablando una hora larga. Luego llegó Yu, la compañera de curro japonesa de Rafa, con un par de amigas, una de Indonesia y otra de un pueblecito costero del sur de UK. Nos cambiamos de sitio para estar en una mesa adyacente y fuimos rotando para ir hablando con ellas. A las 10 nos echaron del bar y fuimos a por unas hamburguesas de camino a casa. El bar que las hacía estaba debajo de un piso en obras, así que mientras esperábamos fuimos rotando para hacer dominadas en la barra de uno de los andamios. Ya en casa, y con más hambre que el tamagochi de un sordo, las fagocitamos t

Después de una mañana de reuniones comí con el Diego en la cocina por pereza mientras Rafiki y Fermon veían el debate para la presidencia de Madrid. Terminé de currar a las 5 y fuimos a casa de Antoñete, por fin, a fagocitar las ambrosías reposteras que hicimos. Además, Sara había hecho esa mañana nutella casera con dátiles, y desde que salimos del piso hasta llegar a la playa nuestros páncreas no pararon de generar insulina. Cuando llegamos, y con la marea más baja que he visto nunca, dibujamos un campo de fútbol en la arena improvisado y jugamos Antoñete y yo contra los madrileños mientras Diego se leía unos artículos de la blockchain. Cuando terminamos ellos se metieron en el mar y yo iba a hacer lo mismo después de dejar las deportivas en el mandala que siempre ponemos en la arena, pero me puse a hablar con el Diego y se me fue el vino en catas. Cuando volvieron, y después de hablar de radiación ionizante y células suicidas, estuvimos jugando a las palas hasta que nos fuimos a las

Por la mañana estuve currando con el Diego en el salón y sobre las 12 llegó el amigo del Rafa de Madrid, Gonzalo, o como le conocen en el hood, Fermon (porque su hermano gemelo se llama Fermín). Por la tarde venía el Madrid a jugar contra el Cádiz CF, así que como Rafiki tenía curro y yo iba a ir con Diego a ver anteojos vino Fermon con nosotros. Nos recorrimos la avenida Ana de Viya de sur a norte parando por todas las ópticas buscando las gafas más bacanas creadas por el hombre.   Aunque el plan inicial era ir primero a casa de Antoñete a probar las delicias gastronómicas que hicimos ayer se nos hizo tarde, así que quedamos con él directamente en la plaza de la Habana, al lado del Carranza, para ver llegar a los equipos.  La cosa estaba relativamente tranquila (obviando a turbas cantantes con megáfonos y filas de policías  menos cantantes pero con porras y cascos) hasta que llegó el bus del Cádiz, sacaron las bengalas y los petardos y

 Antoñete vino por la mañana al piso para estudiar y montamos una biblioteca improvisada en el salón. Sobre la 1 fueron a un bar a tomar con Alba una cerveza, luego se vino a comer y terminó pasando el resto del día con nosotros.  Sobre las 5 y media bajamos a la playa (como siempre, sin Rafa; tenía curro) con las palas y la guitarra y la melódica, una hora y media después fuimos al Jamón a comprar la cena y un par de cosas para los postres y fuimos al piso de Antoñete a preparar arroz con leche, natillas y tarta de queso, fresa y plátano con mermelada de arándanos. Hicimos 3 equipos y para paralelizar las recetas, al poco llegó Rafa y una hora y una cacerola quemada después terminamos los platos.   Alba y Rafa se fueron a sus respectivas casas y nosotros nos quedamos preparando un revuelto de espárragos para cenar, y de postre probamos las natillas. A las 11 nos fuimos al piso y aunque mi plan era seguir leyendo, se me lió y terminé jugando al Rocket hasta acostarnos.

Poco después de terminar de currar Antoñete se pasó por el piso y bajamos los 4 a la playa. Estuvimos un rato jugando al fútbol y a las palas, pero duró poco así que me fui a correr; hasta la catedral haciendo 2 series de fartlek y volví en carrera continua por la orilla del mar. El problema de estas fechas es que ya empieza a pegar el sol, así que al volver me con los depredadores dejé el móvil en la toalla, la me quité las deportivas y me metí en el mar hasta las rodillas, gozándome cada décima de grado que bajaba mi temperatura corporal. Después Rafa se subió, los 3 nos tumbamos un rato en la toalla y nos pusimos a hablar de postres, y terminamos apalabrando quedar mañana para hacer arroz con leche, natillas y tarta de queso. Para cenar pasé unos filetes de merluza por la plancha con soja y vinagre de módena, y estando un poco juguetón le eché un chorrito del vino que compramos para comer el sábado y terminó estando bastante buena. Luego el Diego puso

 Rafa tenía partido, Antoñete estaba liado con el máster, Diego e Irene tenían lío y Sara entrenaba, así que me hice un par de bocadillos, pillé un cercanías y fui a hacer turismo a San Fernando. Después de pagar 2€ por un viaje de 5 minutos llegué al pueblo y, con Google Maps en la mano, subí a ver el Panteón de los Marines Ilustres, y el parquecito que tenía delante me recordó bastante al paseo de la estación de Almagro. Al ver que por el norte no había más na, bajé por San Rafael con idea de llegar al centro. Vi en Maps un monumento llamada Castillo de San Romualdo, me imaginé un castillo barroco y puse dirección allí, pero cuando llegué me encontré cuatro paredes mal enlucidas. Después de dar un par de vueltas llegué a la Plaza de San José, y me senté en un banquito para comer. Media hora después seguí paseando por la Calle Real hasta el ayuntamiento. Y a partir de aquí me puse a dar vueltas por el pueblo, así que simplemente adjunto algunas de l

El plan de hoy era cocinar y comer todos juntos. Sobre las 11 fuimos al Día a por los ingredientes para una paella de pescado, donde de casualidad nos encontramos al Jose y nos dijo que no iba a poder venir. Al llegar a casa, y como una mente colmena, trabajando codo con codo para coordinarnos totalmente, convirtiendo la cocina en un salón de baile (en realidad no estábamos molestando todo el rato en una habitación tan pequeña). Además, Antoñete traía de casa una masa de croquetas con cebolla y champiñones y Sara preparó un quiché de espinacas y huevo, y terminamos comiendo como marajás. Al terminar de comer pusimos Greenland en la tele y la estuvimos viendo mientras hacíamos la digestión hasta casi las 6, que bajamos a la playa. Antoñete y yo estuvimos jugando a las palas y bañándonos, y un rato más tarde llegó Jose con la perrita y estuvimos haciendo turnos para jugar con ella hasta que, como siempre, el frío nos hizo subir. Antoñete no sabía si irse a su piso, pero le invité a unos

Como todos los viernes solo curro 4 horas (me deshago en halagos hacia el combo telecurro+horario flexible), y como el Diego había quedado con un pavo de Wallapop para comprarle un maletín de poker me fui con él hasta la Iglesia de Santo Tomás de Aquino.  Llegamos a la 1 menos 5 y estuvimos hasta casi y media, y cuando tampoco nos contestó los mensajes empezamos a sospechar que no iba a venir. Nos fuimos y de camino a casa pasamos por la afamada freiduría Flores (tremenda aliteración improvisada), y compramos un poco de todo para comer. A las 5 y media Antoñete llegó al piso y nos bajamos todos a la playa con la guitarra y la melódica. Después de estar un rato tocando mientras el murciano y el madrileño jugaban al fútbol y a las palas Diego se fue a por Irene y poco después volvió con ella. Estuvimos tocando y cantando hasta que el frío nos hizo subir al piso. Nos duchamos, cenamos y a petición de la vejeriega vimos Relatos Salvajes  y la terminamos hablando todos con acento argentino.

Sabedor de que había hecho lasaña, el galgo de Antonio vino al piso después de terminar las prácticas del máster y les invité al Diego y a él a comer. Por la tarde acompañamos al Diego a que le terminaran de quitar los puntos en el hospital mientras el Antonio y yo le esperábamos en el bar de un parque cercano mientras manteníamos el debate léxico acerca de si era más correcto decir recados o mandados (claramente la primera).  Luego fuimos a correos a por el pasaporte de Antoñete por si al final puede irse a Costa Rica, con el que siempre lleva la foto de un mono pescando. Después de eso fuimos a que se cortara el pelo, pero para sorpresa de nadie la peluquería estaba llena y le dieron cita para mañana, así que fuimos a a que recargara la tarjeta del bus. El último recado de la tarde era ir a comprar una silla de playa, y cuando pasamos al bazar que había enfrente del estanco nos encontramos con el mejor salesman del mundo; un c

Tras un día de testeo en Perl y después de jugar unas rankes al Rocket, sobre las 6 terminé de hacer la lasaña previsora y me fui a correr por el paseo marítimo. Por la noche, después de estar cenando y hablando en el salón, se me volvió a liar y me terminé acostando a la 1 y media.

Llevo literalmente todo el día escuchando al Leo P. Pero hasta el punto de que cuando ha venido Antoñete esta tarde lo he puesto en la tele y nos hemos quedado viéndolo. También ha llegado la compra de Mercadona, y por los 7 pavos de envío (entre 3) creo que no va a ser la última vez que pidamos que la traigan. A media tarde me puse a preparar salsa boloñesa para hacer mañana la lasaña, y desde después de cenar hasta la hora de mimir estuve leyendo el segundo de la trilogía del Mar Quebrado.

Tras una pequeña interrupción a las 9 del enfermero septuagenario Juan para cambiarle los apósitos al Diego, seguí programando sin más percances hasta las 2, comimos todos juntos y seguí currando hasta las 5. A lo largo de la tarde también terminé de escucharme la discografía de Tierra Santa y de hacerme una lista de reproducción en YouTube con las mejores . En el piso estamos todos bajo mínimos, y el Día no nos convence, así que la idea de la tarde era ir con el Rafa a avituallarnos al Mercadona al que antes íbamos en el coche del Diego, pero después de pensarlo mejor nos dimos cuenta de que en vez de darnos un paseo de 25 minutos para ir y otro cargados con bolsas para volver podíamos pedir online, y repartir los gastos de envío, y eso hicimos. El pedido viene mañana por la tarde. Antoñete vino en mitad del pedido, justo a tiempo para darnos recomendaciones, porque es difícil inspirarse sin ir por los pasillos viendo ingredientes. Luego él y el Rafa se fueron a dar una vuelta y yo me

Ni siquiera un corte de luz pudo parar la inexorable limpieza de los domingos por la mañana (aunque debió ser algo gordo, porque había mucha gente con casco y chaleco mirando el cuarto de luces). Justo al terminar llegó Antoñete al piso y fuimos a la playa (Diego se quedó en el piso por razones obvias). Estuvimos jugando al fútbol y a las palas hasta la hora de comer. Sobre las 5 Antoñete volvió al piso y estuvimos los dos haciéndonos visitas virtuales por Jumilla y Almagro con Google Maps, y me enseñó el tema  Jumilla Tropikal  de un rapero de su pueblo mientras me explicaba todas las refes. Antonio le trajo su melódica al Diego y estuvimos tocando temazos del imaginario popular como Soldadito Marinero, Sirenas, Despacito, Señorita y Ella no sigue modas. Después de cenar nos quedamos en el salón cada uno a sus movidas hasta que poco a poco nos acostamos los 3.

Los padres del Diego se iban a media tarde así que nos invitaron a comer para despedirse; Rafa curraba pero Sara y Antonio no, así que en total fuimos 6. Fuimos al bar La esquina y me pedí la mejor carne que he comido en mi vida; una ternera super especiada que se deshacía en la boca. Al terminar de comer nos hicimos unas fotos en el paseo marítimo quitándonos fugazmente las mascarillas con un coche de patrulla policía justo enfrente y nos despedimos de sus padres. Sara y Antoñete se vinieron al piso y los 4 estuvimos jugando al Strikers Edge y estábamos intentando configurar el mando de la PS4 por bluetooth cuando llegaron Alba y María con sendas bandejas de pasteles. Me traje el Virus y la Polilla tramposa de Almagro y estuvimos jugando un rato hasta que llegaron Jose y su amigo parisino, que nos fuimos a los sofases con el clásico de fondo mientras hablábamos de contratar gente, de cachorros de perrete y de Bollullos Par del Condado. Sobre las 10 llegó Raf

Más Perl hasta la hora de comer, que me hice un plato rápido de pasta usando la salsa boloñesa que me sobró de la última lasaña. Antoñete se pasó sobre las 5 por el piso con una tarta de queso y fresas de locos bajo el brazo. La probamos y estaba aún más buena de lo que parecía; se la jugó no poniéndole nada de azúcar, pero estaba tan buena y eran tan poco empalagosa que no paramos hasta bajárnosla entera. Luego Rafa se fue a dar una vuelta con los colegas del curro y los 3 pasamos el resto de la tarde juganod al FIFA, al Overcooked y al Heave ho. Sobre todo con el último había momentos en los que no podíamos parar de reír, y a Diego le dolía el hombro cada vez que pasaba, así que Antoñete y yo nos reíamos aún más. Mientras escribo esto aún me duele el abdomen. Se terminó yendo cerca del toque de queda, y por la noche vimos Tiempo Después .

Por la mañana estuve TDDando en Perl con la discografía de Tierra Santa de fondo. Diego se fue con su padres, así que estuve solo hasta las 2, que llegó el Rafa, y paré para hacerme un arroz a la cubana con plátano frito de locos. Hablamos un poco y seguí currando hasta las 5. Como al Diego le duele a rabiar el hombro con cualquier movimiento anda muuuy lento por el piso, y le gritamos bromas del tipo sonríe para el radar , cuidado en las curvas que derrapas  o  con el efecto Doppler no entiendo lo que dices . El resto de la tarde fue estar los 3 en el salón hablando de la vida. A las 8 llegó Antoñete para ver perder a su Granada contra el Manchester mientras yo jugaba las clasificatorias del Rocket. Cuando el partido terminó el jumillano se fue a su piso y cada uno nos pusimos a ver algo, yo cómo modelar una lata de Pringles en Blender  hasta la hora de mimir.

Por la mañana estuve solo en casa programando en Perl como un poseso hasta las 12 o así, que llegaron Diego (bastante drogado) y su madre directamente del hospital para dar una vuelta y estuvimos en la cocina hablando de la operación, de los pueblos de Toledo y de las residencias que había antes para la gente que trabajaba en Unión Fenosa. Luego busqué un vídeo de la operación para entender mejor lo que me contaron y menuda movida para anclar el labrum. Un poquito más de Perl hasta que llegó el Rafa sobre las 2, cocinamos algo mientras hablábamos y más Perl hasta las 5 largas, que volvió Diego y nos quedamos hablando. Sobre las 7 me fui a correr media hora en fartlek y cuando volví habían llegado Sara, Antoñete y una caja de pasteles, y poco después vinieron Jose y su amigo parisino. Estuvimos hablando hasta las 10, que se fueron todos menos el Rafa y yo. Cenamos, volvió Diego de tapear con sus padres y nos quedamos los 3 en el salón hasta las 12 y como está peor tumbado que sen

A la hora de comer Diego se fue al hospital, y nos despedimos con abrazos y lágrimas, como de un amigo al que no vas a volver más (aunque mañana vuelve). Después de terminar de currar, mientras salía algún plan, estuve viendo un par de vídeos del Vsauce. Éste es de locos. A modo de curiosidad, para ilustrar cómo situamos los eventos en el tiempo por proximidad, y cómo eso suele ser falaz, el jambo cuenta que los T-Rex se extinguieron hace 66 millones de años, pero que cuando ellos vivían los estegosaurios ya llevaban extintos 80 millones de años. Osea, que a los T-Rex les eran más antiguos ellos que a nosotros los T-Rex. De locos. Luego me fui con el Rafa al salón a seguir leyendo Medio rey mientras venía Sara, y sobre las 6 fuimos los 3 a dar una vuelta por la playa hasta las rocas donde termina Santa María.  Sara se fue a no sé dónde y bajé con el Rafa hasta la escuela de surf de Cortadura mientras hablábamos del futuro cercano. Por la noche terminé los cambios que me quedaban en

Después de una semana y pico sin currar, el comienzo de la mañana fue duro hasta que fui recordando por dónde lo había dejado. A la hora de comer seguimos hablando de la que le está cayendo al pobre Rafa con la movida de Diakhaby y Juan Cala. El Diego y yo seguimos currando hasta las 5 y media, que vinieron Antonio y Sara y bajamos a jugar al volley. A las 8 y poco lo dejamos y fui con Antonio y Sara a avituallarnos al Día, donde me crucé de repente con el Papito de Malviviendo. El caso es que llevábamos desde la playa con el cara al sol metido en la cabeza, así que hoy puedo tachar de mi lista de cosas por hacer silbárselo a Papito. Al llegar a casa, y aprovechando que hoy era el primer día que yo tenía mi guitarra y el último que él va a tener un brazo funcional (hasta dentro de un mes), nos pusimos a tocar un rato en el salón. Your browser does not support HTML5 audio :( Al terminar nos hicimos algo rápido y cenamos viendo e

Madrugué (relativamente) para terminar de preparar la mochila y la guitarra para el viaje, y a las 11 Briñas se pasó por casa para ir juntos a Macondo. Estuvimos desayunando con Edu y Joseda y un poco después se pasó Natalia (si estás leyendo esto, Infantes no es tan bonito). Cuando miré el reloj era casi la 1 y media, así que tras un despido fugaz me piré corriendo. Después de terminar de preparar las cosas y de un despido varonil con mi hermano (con muchos golpes en la espalda) salimos a Ciudad Real. El día que hacía no tenía nada que ver como en de la vez anterior , lloviendo y cubierto de niebla. Después de 3 horas y media de viaje leyendo Medio Rey y jugando al pureya  llegamos a Cádiz por el sur, y aunque pasé al lado de casa con el tren, la estación de Renfe está al norte, así que luego tuve que comerme otra media hora de bus para volver a bajar. Al llegar a casa me la encontré desierta; Rafa estaba cubriendo el partido del Cádiz y Diego con sus padres dando una vuelta por el ce

Me estoy dando cuenta de que se me está empezando a olvidar hacer fotos, y esto va a quedar mucho más soso. Por la mañana me pasé por casa del Nitro y le estuve aprendiendo cosas de Blender; los nuevos geometry nodes y algo de camera tracking y luego usamos el Meshroom para hacer un modelo 3D de la Encantada a partir de un vídeo del dron del Jose usando fotogrametría. Por la tarde los libreros fueron a Ciudad Real a comer con Soraya y luego se la trajeron, así que fuimos a Ezequiel y estuvimos en una mesa fuera hasta las 9 y algo, que nos fuimos cada uno a sus respectivas casas. Ya en casa hice una empanada para cenar ya comimos viendo Locke y me acosté pronto para estar fresco para el viaje de vuelta a Cádiz.

Por la mañana fuimos los 3 al campo a terminar de picar y amontonar piedras y de paso a recoger los huevos de las gallinas.  Estuvimos hasta las dos y cuarto, y a la vuelta me quedé en casa de Joseda a comer con los compadres. Después estuvimos jugando al Dixit hasta las 5; los libreros tenían que irse a abrir Macondo y de paso nos fuimos todos. Gameé un poco hasta las 8, que cerró Macondo, y fuimos con Fermín a Ezequiel hasta el toque de queda de las 11.

 Por la mañana volvimos al campo para picar y recoger en montones las piedras más grandes y que se las llevaran antes de aplanar el terreno con un rodillo. Poco después de comer fui a Manzanares a recoger a Ramón y pasamos el resto de la tarde juntos, viendo la batalla final del Bnet y escuchando Too Many Zooz. Por la noche vimos los dos Spiderman: Into the spiderverse.