De discusiones arquitectónicas, despedidas formales y viajes lectores
Madrugué (relativamente) para terminar de preparar la mochila y la guitarra para el viaje, y a las 11 Briñas se pasó por casa para ir juntos a Macondo. Estuvimos desayunando con Edu y Joseda y un poco después se pasó Natalia (si estás leyendo esto, Infantes no es tan bonito). Cuando miré el reloj era casi la 1 y media, así que tras un despido fugaz me piré corriendo.
Después de terminar de preparar las cosas y de un despido varonil con mi hermano (con muchos golpes en la espalda) salimos a Ciudad Real.
El día que hacía no tenía nada que ver como en de la vez anterior, lloviendo y cubierto de niebla.
Después de 3 horas y media de viaje leyendo Medio Rey y jugando al pureya llegamos a Cádiz por el sur, y aunque pasé al lado de casa con el tren, la estación de Renfe está al norte, así que luego tuve que comerme otra media hora de bus para volver a bajar.
Después de colocarlo todo me quedé leyendo mientras tocaba la guitarra hasta casi las 11, que llegaron los dos y estuvimos hablando de lo acontecido en la última semana en Cádiz hasta la hora de mimir.
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