Pues resulta que otro de los otros 3 amigos de Diego que han venido es Pablo Moraga, compañero de la carrera. Bajamos Irene, Rafa y yo a alquilar las tablas a las 11 menos poco, y después de pedir las tablas más grandes que tuvieran y ponernos los neoprenos cortos en el tatami del CSC me los encuentro hablando con el Tony en el mostrador. Saludé al viejo Rodri (y al nuevo Dani) con un apretón de manos, al Pablo con un efusivo abrazo. Cuando llegamos a la playa calentamos un poco y nos metimos al mar, y fue una mañana de surf perfecta; no sé qué pasó pero las pillaba todas. Rafa y yo cogimos directamente la primera ola que intentamos a la vez, y con el resto que fueron llegando me puse de pie en la mitad. Nos pusimos los 3 a la misma altura, avisándonos de cuándo venían olas buensa al grito de "ojo ésta!", "subíos!", "rema, rema, rema!", "venga que la tienes!", y similares. Al poco llegó Antoñete (con el dedo del pie todavía regular) con la tabla ...