De cúpulas reverberantes y debates noctámbulos

 Nos levantamos a las 8 y algo, desayunamos un sucinto café y fuimos a dar una vuelta por Split mientras llegaba la hora del free tour.

Por desgracia se pasó el día lloviendo


Buscando un sitio donde desayunar nos cruzamos con lo que parecía un restaurante español (aunque regentado por croatas) llamado Palacio y no dudamos en sentarnos tras el intento de la camarera por hablar algo de español.

Torrijas con frutos rojos para mí

Cuando fui a pagar me encontré con otro camarero, yo le dije que veníamos de España y que era nuestro primer día en Croacia y él me contó que era de Macedonia y que era su primera semana, que acababa de llegar para trabajar porque su país era mucho más pobre.

Y llegamos justos a las 11 y media en el parque donde habíamos quedado con Maya, la guía, para empezar el free tour.

En esta cúpula empezó a cantar poco después un grupo a capella 

Luego pasamos al palacio dioceclano y nos contó cómo se ha mantenido en pie gracias a las casas habitadas que llevan rodeando la muralla siglos y que han evitado que se cayese.

Y a las 2 terminamos el tour. Nos quedamos unos minutillos más charlando con ella y terminamos intercambiando los instagrams por si nos surgía alguna duda el resto del viaje.

Y fuimos a comer.


Y acabamos en este restaurante, del que no encuentro el nombre, recomendado por Maya.

Y pedimos varias movidas típicas con sabores exóticos.

Luego fuimos a dar una vuelta y acabamos en el mirador de anoche.

Y luego dimos una vuelta por un cementerio judío que había justo al lado mientras recordábamos el de Praga.

Y dimos otra vuelta hasta el piso.

En esta calle Félix conoció el vídeo de filho da puta

Y al llegar al piso estuvimos un ratete de chill descansando.

Por la noche salimos a cenar y acabamos en la hamburguesería Bosso.


Cuando terminamos Félix llamó a la camarera para pagar y como cometió un error sintáctico al pedirle la cuenta no se la trajo hasta que se lo dijo bien, regañándole tras cada intento fallido con un tono innecesariamente condescendiente como si fuese Alfredillo en 3º de la ESO.

Luego fuimos a por unos heladitos de postre y dimos una última vuelta nocturna, porque por la noche las ciudades se transforman, mientras debatíamos acerca de la bondad y la virtud.


Y a dormir corriendo.

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