De mañanas lluviosas, misiones secretas y subastas gratuitas

El host de la casa nos dijo que no había ninguna prisa para que nos fuéramos así que decidimos quedarnos a comer y salir a media tarde, aunque el día estaba bastante feo para aprovechar la piscina.

Al poco empezó a chispear y tuvimos que desayunar dentro.

Volvimos al salón y Belén recordó que tenía el Don't Get Got para haber empezado a jugar el viernes, aunque mejor tarde que nunca y repartimos misiones secretas que completar.

Intentando ser disimulados, empezamos a hacer otras cosas como jugar al billar mientras poco a poco íbamos completando misiones.

Antes de comer saqué algunas bolsas de basura con Carlos y Hristo y aprovechamos para dar una vuelta por el pueblo.

Comimos unas lasañas del Mercadona que compramos el viernes.

Y estuvimos recogiendo toda la casa antes de repartir lo muchísimo que había sobrado en una especie de puja improvisada.

Y a las 6 salimos de Garcillán.

Yo fui en el coche de Andrés, que me acercó hasta el barrio de mi tío, aunque de camino a su casa me llegó un mensaje del Jose para echar un Unite e hice una parada táctica en el primer parque que me crucé.

Cuando llegué a su casa descubrí que, en un alarde de costumbrismo, se había traído un botijo de Ocaña y estuvimos viendo quién de los dos era más pueblerino.

Charlamos un poco del finde, cenamos algo rápido y antes de las 11 me estaba acostando con la alarma a las 6.

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