De salas de juego y bebés detectives
Una mañana muy gamer dio pie a una tarde en casa de Carlos. Aunque inicialmente quedamos para reparar la pantalla de la DS de María que rompimos en capítulos anteriores, cualquier amago de plan se vio eclipsado cuando llegó Elara.
Tras regalarle unas gafas de sol que le habíamos comprado María y yo por haber perdido las suyas nos pusimos todos a jugar a sus juegos.
Y luego al escondite, a lo que poco a poco se va volviendo una experta.
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