De paseos por Granada, tés de perlas y pantallas rotas
Aunque la idea era dormir las 8 horas recomendadas, contra todo pronóstico hicimos caso omiso al despertador y seguimos durmiendo un rato más.
A la hora de comer, como es mi obligación como chef, mientras María seguía con el TFM hice fajitas para comer.
Y empezamos a cambiar la carcasa de la DS muy optimistas pensando que íbamos a tardar media horilla.
Tras esa hora solo terminamos de desarmar la carcasa vieja, pero lo dejamos a las 4 y media para ir con Daida a hacer una ruta por las afueras de Granada.
Acabamos en la Silla del Moro pero llegamos escasos minutos después de las 6, hora a la que cerraban, y solo pudimos hacer fotos desde fuera.
Y seguimos por la parte trasera de la Alhambra hasta llegar a la zona de los hoteles.
Y seguimos hasta volver a bajar a la ciudad buscando una cafetería en la que entrar un poco en calor. De casualidad nos cruzamos con una con un cartel de bubble tea de café que suplicaba que lo probáramos y no pudimos decirle que no.
Llegamos al piso a las 8 y seguimos con la DS con trágico resultado.
Aunque ya leí que el cable de la pantalla de arriba es delicado no tuvimos el suficiente cuidado y tras conectar la batería descubrimos que aunque la pantalla inferior funcionaba sin problema, la superior solo mostraba ruido morado.
Ligeramente desanimados pedimos al Padthaiwok de al lado de casa y fuimos a recogerlo mientras oíamos cómo uno de los cocineros, con más acento gitano que tailandés, contaba cómo le habían echado de todos sus anteriores trabajos.
Aunque María lleva mandando versiones del TFM casi terminado desde hace semanas, sus tutoras han dejado las revisiones para el final así que se tuvo que quedar hasta las 2 y algo corrigiéndolo, y yo en un acto de empatía extrema con ella.
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