De noodles eméticos y barcos hundiéndose

Igual que en mi cumple, había preparado un día en Madrid para el de María que por varios motivos fuimos posponiendo hasta hoy.

Tras levantarnos sin prisa y desayunar unas mini tostaditas untadas con varias cosas nos despedimos de mis tíos y a las 12 quedamos con Marta y Rebeca.

A la 2 nos despedimos y cometimos el fatídico error a comer al Shifu, aunque no lo sabríamos hasta varias horas después.

Luego dimos una vuelta por los super asiáticos de Leganitos, en los que ya somos expertos. Descansamos media horilla de tanto consumismo en Plaza España y fuimos a la sala 59:59, al lado del Bernabéu, para hacer la escape room The Captain

Pasamos una hora intentando escapar de un barco y, aunque fuimos sacando las pruebas con bastante fluidez, al final pinchamos con la del morse. Aún así la terminamos con 5 minutillos de margen y volvimos a la calle Silvano a por el coche (ahora me arrepiento de no haber hecho ninguna foto de María con el chaleco salvavidas y el gorro de capitán).

María estuvo todo el camino hasta el coche empezando a encontrarse regular, pero aún así se vio con fuerzas para conducir.

Aguantó como una titán hasta poco antes de llegar a casa, que tuvimos que parar para que echara el ramen venenoso que nos dieron de comer el el Shifu.

Conseguimos llegar hasta casa y no paró de ir al baño durante las siguientes horas. Finalmente fuimos a las urgencias del Casar a por un pinchazo de primperán y luego a la farmacia de guardias de Galápagos, el pueblo de al lado, a por unos sobrecitos con glucosa y sales para María.

Finalmente volvimos al Casar, totalmente destrozados, y nos acostamos poco después.

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