De souvenirs con prisa, trenes somníferos y edificios varsovianos

Nos levantamos sobre las 9, hicimos las maletas tranquilamente y las dejamos en la recepción del hotel mientras íbamos a desayunar a nuestro Lajkonik preferido y a dar una vueltita mientras hacíamos tiempo para el tren.

María pidiendo el desayuno en un idioma universal

Luego fuimos a dar una vuelta para buscar algunos souvenirs, por el mercado del centro y la calle de la embajada. Volvimos al hotel a por las maletas y desde ahí dando un paseo a la estación de tren y compramos la comida en un Zabka que había de camino.


María andando muy rápido

Como buenos hijos de militares llegamos 1 hora pronto y esperamos pacientemente hasta que llegaba el tren y montábamos en nuestro vagón de primera clase.



Subimos a la 1 y nos preparamos para pasar las siguientes 5 horas allí sentados.

Llevábamos uministros para poder sobrevivir tantas horas sin morir de inanición

Empezamos el viaje con energía.


Pero no mucho después María cayó dormida pese al constante traqueteo del tren.


Luego despertó y vimos los dos primeros capítulos de la Achechina aka La chica enmascarada y luego seguimos cada uno con nuestros vídeos.

Llegamos a Varsovia a las 6. El tren nos dejó en una especie de estación favelera a las afueras de la ciudad desde la que tuvimos que andar media horilla hasta la ciudad.


Cuando llegamos a la civilización pedimos un Uber hasta el hotel MDM.



Dejamos las cosas, nos duchamos y nos arreglamos para salir.


Y fuimos dando un paseo hasta el casco antiguo.




Los edificios están muy chulos

Y acabamos cenando en Gospoda pod Zygmuntem.


Luego fuimos a por un heladete y seguimos dando un paseo.




Salimos del casco antiguo para poder pedir el Uber que nos llevó de vuelta al hotel por 30 slotys y  llegamos como a las 12.


Estábamos tan cansados que nos quedamos dormidos antes de poder apagar la luz. Quizá para María, que se queda dormida en un tren en marcha, no sea muy extraño, pero con mi fotosensibilidad fue todo un hito.

Esto lo sé porque ella se despertó al rato para apagarla, aunque yo no puedo dar fe de este último párrafo.

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