De campos de concentración, norias nocturnas y cervezas variadas

Nos levantamos a las 8 y fuimos dando un paseo hasta la estación de buses para desayunar en un Lajkonik que había al lado. 

Aunque nos llevamos la comida a la dársena no encontramos sitio para sentarnos, y desayunamos debatiendo si Lajkonik la cafetería y Lajkonik la empresa de buses formaban parte del mismo conglomerado empresarial.

A las 9.40 salimos de Cracovia y llegamos a Auschwitz 1 hora después.

No había un bus después así que hicimos tiempo en la sala de espera mientras empezaba nuestro pase.

Tuvimos que coger un ticket y pegárnoslo en el pecho para que nos reconocieran, lo que nos pareció bastante poético.

Cuando empezamos nos dieron unos receptores para poder escuchar lo que nos contaba la guía.

Y empezamos.


Quizá era porque hacía un día espléndido, la hierba estaba verde y el cielo despejado, pero iba preparado para encontrarme Auschwitz más tétrico.

Antes de pasar a la zona de los barracones nos pusieron un video resumen.

Y luego entramos.


La infame puerta

Tienen la mayor parte de los barracones musealizados, con pequeñas exposiciones de lo que fue Auschwitz.




Y al final de la visita a Auschwitz I pasamos a la cámara de gas. Antes de entrar nos explicaron cómo usaban el zyklon B y cómo lo lanzaban desde los agujeros del techo, ya que dentro todos guardamos silencio absoluto.

Y tras dos horas de visita fuimos a Auschwitz II Birkenau en un bus amarillo que iba y venía constantemente.


Ninguno previmos que iba a hacer este calor, y la guía no engañó cuando nos avisó de que no había sombra.



Un letrero en sefardí

Uno de los crematorios derruidos


También vimos los barracones, mucho más desprotegidos que los de Auschwitz I.


Terminamos la visita a las 4 y 15, volvimos directos a Auschwitz I y escasos minutos después llegó el bus que nos llevó de vuelta a Cracovia.
 

Aprovechamos para comer unos bocadillos que compramos en el Zabka y de postre unos chocolates polacos.

Cuando llegamos fuimos dando un paseo al hotel para descansar un ratete, y pasamos por una tienda local a ver qué bebidas exóticas tenían.

Compramos un nestea de mango con gas que fue un fail

Pasando al hotel

Y tras ducharnos y estar una horilla de chill pedimos un Uber para ir al Krakow Eye, la noria de la ciudad, donde había una especie de feria.
 

Y tras dar una vuelta subimos al globo. Tuvimos que hacer una hora y algo de cola, pero la espera mereció la pena.

Empezamos la cola de día


Aunque quizá hubiese estado mejor algo más de día, sobre todo porque las fotos se ven regular tirando a mal.



Con el fresquito de la noche íbamos mucho más agusto que de día así que volvimos paseando al hotel.


Al lado del hotel teníamos el House of Beer, con reviews aplastantemente positivas en Google Maps, así que fuimos a probarlo.

María pidió una cerveza afrutada (acertó de lleno) y yo una con sabor a café (erré miserablemente) pero las patatas rancheras lo compensaron.


Después de cenar y totalmente destrozados íbamos a volver al hotel, pero no eran ni las 10 y media así que fuimos dando un rodeo.


Vimos un erizo random en un parque que huyó despavorido cuando nos acercamos.


Y nos compramos un merecido postre glaseado y relleno de lo que entendimos que eran rosas polacas.

Cuando volvimos al piso intentamos mirar los trenes a Wieliczka (el pueblo de las minas de sal), pero entre que la web estaba caída y que se me cerraban los ojos confié en que mañana nos las apañaríamos en la estación y antes de darme cuenta ya me había dormido.

Comentarios

Entradas populares de este blog

De hamburguesas para llevar

De programmers y runners

De tanatorios y purpurina