De pollos asados, triunviratos gamers y cohetes incognoscibles
Cuando las meretrices decidieron quitar la música pudimos dormir una horilla más hasta que el sol nos terminó de despertar.
Fuimos a desayunar un bar cercano y mientras ellos iban a comprar las provisiones para estos días a Mercadona yo me fui al piso a currar un rato.
Volvieron, colocamos las cosas y se fueron a la playa a pasar la mañana mientras yo me quedaba currando en detrimento de mi espalda.
Volvieron a las 2 con unos pollos asados y comimos en hermandad.
Ayer sembramos en Sergio la semilla del Unite, y después de comer montamos un trío imparable que solo sabía ganar partidas.
Estuvimos un rato tumbados en la arena de chill, dimos una vuelta por el paseo marítimo y volvimos a casa a ducharnos y hacer la cena; nachos al horno con guacamole casero.
Y, por supuesto, un par de Unites más.
Tras la privación de sueño a la que nos vimos sujetos la noche anterior estábamos destrozados, así que a las 12 y media nos estábamos yendo a dormir.
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