De maletas apresuradas y escritores conductores
Tras siquiera 4 horas de sueño nos levantamos un poco antes de las 10 y desayunamos lo que quedaba en la nevera mientras hacíamos las maletas para dejar la casa a las 11.
Para aprovechar un poco el último día en Almerimar pasamos la mañana en la playa aunque al final solo Jose y Pedro se bañaron
Por el trato excelso y la cantidad de platos locos que nos quedaban por probar volvimos al mismo restaurante que ayer para comer algo rápido antes de irnos.
Nos repartimos equitativamente entre los 2 coches. Yo fui con Jose y Pedro y aprovechamos parte del camino para escribir la entrada del viernes, sospecho que la más extensa hasta la fecha.
Llegamos a Almagro unos minutos después que los del coche de Diego, quien tuvo menos respeto por los límites de velocidad.
Al llegar a casa deshice la maleta, me duché y maté un poco el tiempo hasta las 12, cuando me acosté corriendo.
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