De gamers playeros, restaurantes sin existencias y nachos al horno

Como no teniamos prisa nos fuimos levantando según procedía a partir de las 9 para celebrar en la costa almeriense el comienzo de un nuevo día.


Desayuanmos diversas viandas especialmente saludables, preparamos las cosas de la playa y volvimos al coche del Jose para ir a la playa más cercana. El aparcamiento, como viene siendo común cuando conduce Jose, fue milagrosamente sencillo.

Por supuesto iniciamos la jornada con unas partidas al Unite

Tras pasar la mañana en la orilla entre partidos de palas, putivueltas a las playas cercanas y chapuzones refrescantes nos dieron las 2 y fuimos a comer al Espigón.

Uno de los principales motivos que nos motivó a elegir este restaurante era la oferta culinaria, basada en una amplia carta de diversos tipos de pulpo a la gallega, dignos de las mejores marisquerías del antiguo reino galaico-portugués. 

Cuando la camarera se acercó a tomarnos nota, imploramos comer un plato de pulpo a la gallega, y además, croquetas de secreto ibérico con miel, revuelto de setas y gambas al pil-pil. La decepción fue supina cuando la camarera nos dijo que sólo les quedaba pulpo reseco de la remesa del mes anterior. Como ya no teníamos escapatoria, decepcionados, pedimos que nos cambiara el pulpo por unas croquetas de gulas. He de reconocer que esta delicia, elaborada con secreto ibérico, fue una explosión sensorial en nuestros paladares. 


Ya fuera del restaurante, comimos unos helados de maxibón de waffle, y a continuación decidimos ir, andando, a la playa que quedaba al otro lado del puerto. La experiencia fue relativamente perniciosa, debido a la dificultad de andar entre playas conformadas con arena de descampado en obras, a lo que se sumó el hecho de que a Pedroma se le rompió la chancla en semejante terreno. Al llegar allí, un individuo nos convalidó lo andado por una jornada en el camino de Santiago.

Estuvimos de las 5 y algo hasta las 8 de chill en la arena hablando de teorías evolutivas a raiz del ibro que se estaba leyendo el doctor Jose Larcos y decidimos poner rumbo a casa cuando no aguantamos más la tierra en el bañador y el implacable sol en nuestra piel quemada. 

De camino pasamos por un chino para comprar unas chanclas y una lengua pastelera con la que Pedro nos va a hacer unas suculentas tortitas para desayunar.

Ya en casa, nos turnamos de manera eficiente para optimizar los tiempos de espera entre duchas, embadurnamiento heterocuiroso de after sun y cocinamiento de unos tremendos nachos con guacamole de la mano del chef Jose Larcos (es un hombre polifacético).

La jornada terminó con todos juntos en el sofá mientras Félix nos aprendía teoría arquitectónica de passive houses y Jose de acueductos romanos.

Finalmente, cuando todos se acostaron, el escritor de blogs Jose Larcos y yo nos quedamos terminando esta entrada para, a las 12 y media, acostarnos junto a nuestros compañeros.

Addendum: frases más recurrentes del día

  • Entiendo
  • Me parece correcto
  • Pato pal pueblo
  • Échame crema en la espalda

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