De taladros percutores y boinas elegantes

Cuando quedo con María suelo trasnochar así que terminé levantándome cerca de las 12 y lo poco que me quedaba de mañana se me fue cocinando solomillos al Jeréz, lasaña de berenjenas a la plancha y alguna otra cosa.

Por la tarde estuve taladrando mi habitación. Primero, para poner el brazo de monitor que compré.

Y luego una balda encima de la cama.

Con eso conseguí vaciar media balda de la estantería y por fin pude poner las Gameboys y unas figuritas de Pokémon y Digimon.

Por la noche quedamos Jaime, María y yo para ir al Ezekiel y ver qué se contaba después de llevar 2 ó 3 meses cerrado, pero cuando llegamos el hombre no daba a basto y no pudo pararse a charlar un rato.

Esa noche iba bastante guapo y María insistió en hacernos una foto.

También iba bastante tonto, pero eso es más normal.

La taxi oficial del grupo se había traído su coche así que acercamos a Jaime y luego me dejó en casa sobre la 1 y me acosté tempranito sin tener que desfasar mis ritmos circadianos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

De hamburguesas para llevar

De programmers y runners

De tanatorios y purpurina