De chefs italianos, tobillos torcidos y pizzas griegas
Pudiendo levantarme temprano dediqué la mañana a cosas importantes.
Después de comer seguí con las mismas cosas importantes.
A las 5 y media, después de casi cancelarlo varias veces, finalmente salió el partido y fui con Félix hasta el pabellón.
El partido transcurrió sin problemas hasta casi el final, cuando por llegar a una pelota mal pasada pisé mal y me torcí el tobillo. En el momento me pareció más de lo que era, pero en caliente podía andar y me quedé de portero a terminar el partido (aunque me tiraron una que podía haber parado sin problemas con el pie pero me dio miedo y me quité, lo que como portero no fue una buena jugada).
Volvimos Jaime, Álvaro y yo a casa a ducharnos y sobre las 7 y media fuimos los mismos al tanatorio a darle el pésame a María Santacruz por la muerte de su abuelo.
María también había ido por Coral, y media hora después nos fuimos al Di Patri los dos a encargar una pizza Oikos e ir a cenar a Bolaños.
Después de regalarle un Charizard, un rathaus y un par de tabletas de chocolate igual de buenas que de azucaradas volvimos a Almagro sobre la 1 y no tardé mucho en acostarme para poder madrugar y ser una persona productiva.
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