De meteorólogos con cartas Magic, avituallamientos para fiestas sorpresa y reposteros tutelados

La alarma me sonó a las 10 y me levanté y vestí sin prisa, y un poco antes de las 11 estaba llegando a la oficina.

Comimos el Hristo y yo solos y cuando terminamos jugamos una partida a las Magic, él probando su nuevo mazo blanco/verde ganavidas y yo con mi rojo/azul del torneo pasado.


Los saleros de la izquierda servían indistintamente de tesoros y tokens 1/1

La reñida partida finalmente terminó en una victoria búlgara y subimos a seguir trabajando hasta las 6 y poco que llegaron Bea, Cris y Edu en coche. Llevaba desde la hora de la comida lloviendo bastante así que aparcaron quizá de manera un poco ilegal en el paso de cebra más cercano a la puerta del curro y me metí corriendo. 

El primer destino era la escuela de idiomas de ellas, y aunque era la primera vez que Bea se hacía el camino desde la calle de mi curro rechazó los GPS y fue orientándose con las estrellas.

Cuando llegamos nos dejaron en el coche como dos perrillos sin agua y mientras ellas gestionaban sus gestiones nosotros fuimos pensando qué comprar para cenar y comer al día siguiente. 

Tardaron 10 minutillos en volver y de ahí fuimos al Ikea de Alcobendas a por una mesa para el salón, entramos directamente por el almacén y la encontramos rápidamente.


Volvimos al coche y Bea nos llevó a la Plaza China de Sanchinarro (sospecho que el naming es un guiño a Plaza Norte) a por unos sombreros para el disfraz de Catrín de mañana. 


Dimos un par de vueltas más y compramos también platos y vasos y un mantél para la mesa y volvimos al coche para ir a Mercadona a comprar la bebida, la cena y los ingredientes para la tarta de la fiesta y cada uno el par de cosillas que les hacían falta.



Metimos la compra en el coche y volvimos a casa, pasamos las cosas, guardamos las bebidas que pudimos en el frigo y fuimos a casa de Cris a hacer la tarta para mañana.

Habíamos estado hablando pro whatsapp y finalmente habíamos decidido hacer una de chocolate y cacahuete (la misma que hice para mi cumple), y cuando llegamos ella y yo nos pusimos a hacerla (bajo la  mirada crítica y los hábiles consejos de su madre) mientras Edu y Bea cuadraban las cuentas y veían quién tenía que pagarle cuánto a quién y creaban una lista de Spoty 

Después de repartirnos el trabajo con disciplina militar terminamos la base y el relleno de la tarta, la guardamos en la nevera para que Cris le pusiera la guinda con el ganaché de chocolate mañana, nos despedimos de ellas dos y nos fuimos a casa a cenar.

Llegamos a las 11 y algo muertos de hambre, cenamos y nos quedamos el en salón un rato antes de acostarnos. A sugerencia del Edu vimso el primer capítulo de Steins;gate (aunque yo me estaba muriendo de sueño y dejé de prestarle atención a la mitad) y cuando acabó nos deseamos buenas noches y nos fuimos a dormir corriendo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

De hamburguesas para llevar

De programmers y runners

De tanatorios y purpurina