De boxeadores fotogénicos y bebés plañideros

Por la mañana estuve currando hasta la 1 y algo, aunque aproveché el descanso de las 11 para ir a Mercadona a comprar el gocheo y la cena para la fiesta del sábado.

Mi hermano llegó a Manzanares en un Blablacar desde Ocaña sobre las 7 y me pasé a por él, y después de un pequeño malentendido con las direcciones  conseguí encontrarle (él me dijo que estaba en el parador pero por parador no se refería al parador, si no a otro hotel que había pasando un par de rotondas). Volvimos escuchado a máximo volumen temazos como Moon talk, Diablita o al Chimbala.

Ya en casa, él se cambió rápido para ir a fútbol y yo para ir a boxeo. Era la última clase de la temporada y al terminar nos hicimos una foto todos juntos.

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Posando amenazadoramente junto a gente que me podría matar de un golpe

Cuando terminamos, nos fuimos Félix y yo al Txoco con el Nitro, Waka, Diegazo y Broce, y al poco llegó Pabliño directamente desde Galicia. Los chicos acababan de saber que habían aprobado el B2 y se el Félix se lo dijo al camarero muy contento, y éste nos invitó a todos a una ronda de unas cervezas en vasos de más de medio litro.

Ceci estaba con sus amigas y entre los dos se iban turnando a Élara, y cuando llegó a la mesa me la pedí un ratete y estuve jugando con ella.

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Le estaban saliendo los dientes y al final se puso a llorar, y siguiendo las indicaciones del Carlos me puse a darle paseos para que se entretuviera.

 
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Cada músculo de mi cuerpo estaba concentrado en sujetarla lo mejor posible

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Pabliño estaba bastante cansado del viaje (8 horas directo desde Vigo sin parar) así que nos fuimos todos un poco más pronto de lo normal. 

Paralelamente, María también se estaba yendo a casa, así que quedamos para vernos un ratete. Pasé por casa lo justo para dejar la bolsa de deporte, cambiarme y coger algo para cenar (porque después de un litro de cerveza aún no había comido nada) y fuimos a dar una vuelta en coche donde siempre donde por fin conseguí ver una estrella fugaz.

Volvimos a las 3 y media, demasiado tarde para parquear, así que me acercó a casa y terminé acostándome casi a las 4.

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