De volleypalas y jams de flamenco

Por la mañana volvimos todos a bajar a la playa, esta vez con la red de volley, y la montamos en las pistas. Estuvimos jugando 5 minutos pero Antoñete se hizo daño en un pie surfeando ayer, así que abortamos y, tras ir todos al mar y recoger cable después de que me tocara un poquito el agua helada, estuve jugando a las palas con Antoñete y Sara con la red de volley.

Al poco llegó otra Irene, amiga de Diego de Ciudad Real que vive ahora en Sevilla, se sentó con nosotros y estuvimos el resto de la mañana hablando tumbados en la arena.

Para comer repetimos el plan de la semana pasada (o ya hace dos?) y Antoñete y yo hicimos una ensalada de pasta con sobras que teníamos por el piso, y la Irene ciudadrealeña se vino con nosotros a comer algo que había traído de casa.


Luego Rafa se fue al estadio e Irene a la playa y el jumillano y yo nos quedamos en el salón viendo vídeos de cocina y amagando con dormirnos. Sobre las 5 llegaron Diego e Irene de dar una vuelta y los 4 fuimos a la sala Pelícano a ver una jam de flamenco. Ellos fueron en bus y nosotros nos vimos fuertes y fuimos andando aunque a mitad, entre el sol y el calor, nos arrepentimos bastante.

Llegamos a las 6 y poco preocupados de que fuera tarde pero el concierto no empezó hasta las 7 menos cuarto. La mayoría de los músicos estuvieron estables, pero los cantantes, entre los que me flipó especialmente El Mawi, fueron cambiándose.


Sober las 10 y algo terminaron y volvimos andando por el paseo marítimo.


En el piso me hice una pizza al horno y cenamos mientras le contábamos la tarde al Rafa. Diego e Irene se fueron a dormir un poco antes pero rafa y yo no tardamos mucho más.

Comentarios

Entradas populares de este blog

De hamburguesas para llevar

De programmers y runners

De tanatorios y purpurina