De surferos neófitos y llamadas indeliberadas

Por la mañana en los descansos del curro estuve hablando con Diego sobre teoría musical y boxeo y qué es mejor hacer (aparte de correr como si no hubiera un mañana) si te atacan con un cuchillo simulándolo con una botella de agua mientras escuchábamos Puñales.

Ayer llegamos a la conclusión de que como los dos estamos telecurrando siempre lo más óptimo es que cada uno prepare un día la comida, así que ayer él preparó un cocido que estaba genuinamente bueno.

A las 4 teníamos clase de surf y sobre menos 10 vino Antonio al piso y salimos los 3 a la academia (el Rafa tenía que grabar a una muchacha rusa para VK, el Facebook soviético) y conocí por fin a Tony, el coach gaditano que ha dominado el surf, el esquí y la escalada y ha dado clase por todo el mundo

Por lo visto otros días, con más novatos, se preocupa porque todo el mundo aprenda, pero hoy el único noob era yo así que me dejó un neopreno, una tabla de surf y me lanzó al agua para que sobreviviera como pudiera. Al principio tuvo a bien explicarme lo básico (la posición de control y el take off) pero en cuanto puse un pie en el agua estuve solo contra el mar.


Después de las clases nos hicimos unas fotos con el saludo surfero 🤙


Después subimos al piso para ducharnos y cambiarnos y fuimos al piso de Sara y Antonio (los antiguos compañeros de morada de Diego y Rafa) con María y la prima a cenar unos kébabs. 

En un momento de la noche mi móvil y el de Antonio estaban juntos, él fue a coger el suyo para mirar una cosa y se equivocó, pulsó sin querer la tecla de reconocimiento de voz, alguien estaba hablando de una Bea, el móvil entendió Eva y decidió que era buena idea llamar a mi ex.




Volvimos al piso sobre el toque de queda y nos quedamos juntos en el salón hasta las 12 y poco cada uno jugando a su movida; yo al Rocket, el Diego se echó unos loletes y Rafa estuvo mineando un poco.

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