De fútbol con arena y llamadas con nocturnidad

Esta mañana estaba demasiado cansado de estos últimos días para hacer nada, así que me he quedado en casa mientras el Diego y el Rafa volvían a surfear.

Aunque el plan inicial era comer en la playa y pasar el resto del día allí, pero hubo un malentendido y terminamos comiendo en casa y bajamos sobre las 3 con la red y la pelota de volley y la guitarra del Diego, y Antonio, Sara, María y la prima llegaron al poco.

Después de estar un rato en la playa paseando y guitarreando, los chicos empezamos a calentar para el volley pero vimos a un grupo de chavales (el mayor tendría 20 años) dividiéndose para jugar al fútbol, les preguntamos que si querían jugar todos y terminamos dándole media hora. Entre que me bajé en vaqueros y que correr en la arena revienta terminé cansadísimo y sin poder bañarnos en el mar, pero el Diego se acercó al super y compró unas radler fresquitas.

Luego llegó Jose, el primo de la prima, y estuvimos un rato hablando del curro, de doblar palmas, de FPGAs y de dedos cercenados en el kite surf, y nos quedamos en la playa hasta la puesta de sol.




Poco después pasamos por el super y fuimos a casa a terminar el día y jugar a los lobos con cartas improvisadas hasta el toque de queda de las 10 y luego nos quedamos recogiendo el piso. Después llamé a Ramoni y estuvimos hablando más de 3 horas por teléfono hasta que nos fuimos a mimir.

Comentarios

Entradas populares de este blog

De hamburguesas para llevar

De programmers y runners

De tanatorios y purpurina