De carreras playeras e islas tentadoras

Esta noche se me ha estado cayendo la manta a un lado cada vez que me movía, así que por la mañana estuve reordenando la habitación para poner la cama contra la pared.

Para comer (y porque no tenía otra cosa) me terminé las croquetas mientras discutía con el Diego las best practices para una API REST que tiene que diseñar para su curro y me contaba los problemas de management que tienen allí.

Un poco después de currar, sobre las 5, salimos los 3 a correr media horita por la playa. Fuimos por Playa Victoria hasta llegar a las rocas de Playa Santa María, andamos un poquito para ver a la peñuki y hacernos tremendo fotón y dimos la vuelta.


A medio camino nos encontramos con Sara, Antonio, la prima y Pilar y fuimos andando con ellos de vuelta a casa. El Rafa me estuvo contando sus aventuras por Miami en casa de sus tíos managers de músicos.

Cuando llegamos al piso nos despedimos de Pilar, que volvía un par de meses a su tierra natal, y subimos para cambiarnos un poco, pillar las llaves del coche e ir (por fin) a Mercadona.

Después de casi 1 hora comprando el Diego nos dejó al lado del piso y se fue al rocódromo y el Rafa y yo nos quedamos repartiendo las baldas de la cocina y del frigorífico, colocando la compra, y mientras me puse a hacer unos nachos con carne y queso al horno para comer mientras veíamos la isla de las tentaciones.



Hasta hace poco apenas sabia que existía, y ahora mismo estoy metidísmo en las tramas y subtramas de las parejas. Lo estuvimos comentando en vivo con la boca llena de nachos y en los anuncios compartía opiniones con Ramoni, y así hasta que terminó sobre la 1 menos cuarto.

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