De narices torcidas

Cuando terminé de trabajar hice un par de bizcochos teresianos para compartir con mi hermano.

Terminé de currar tarde y a las 9 fui a boxeo. Nunca me he visto boxear desde fuera así que al final de la clase quedé con Pepe en hacer un combate con golpes suaves y técnicos mientras nos grababan.

El combate estaba siendo bastante bonito hasta que, segundos antes de terminar, tuve la mala suerte de ir de cabeza a su puño. Intenté quitarme y fue peor, porque me terminó dando de refilón en la nariz y me la torció.

Yo apenas me enteré, pero él lo sintió incluso a través del guante.


Aprovechando que aún no me dolía, me la coloqué de vuelta en su sitio con un golpe seco (que sentí en el cráneo como si me estuviesen restregando arena) y para casa.

🤥

Al llegar me duché y cené, leí un ratillo y a dormir.

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