De forjadores de dados y tíos ausentes
A las 8 y 20 salí a Madrid.
Tras un día de intenso trabajo presencial, a las 5 bajamos a la cocina para probar el Dice Forger que se ha comprado Enrique.
Y entre eso y que llegué a las 10 y media, me tocó quedarme hasta el cierre de la oficina con el Hristo para compensar.
De ahí fui a casa de mi tío, que no está en Madrid, y estuve charlando con el Victor, Alba y Lucía hasta las 12 y algo.
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