De aviones albaneses, traductores italianos y cortinas translúcidas

Nos levantamos los 4 a las 5 menos algo de la mañana, pedimos un Uber y fuimos a Barajas. 

Y aunque en teoría no hacía falta pasaporte para volar a Albania, Iberia nos lo pedía para hacer el checkin online y como Sergio y Pedro no lo tenían tuvimos que sacar la boarding pass presencialmente.

E hicimos tiempo mientras salía el vuelo.

Volamos sin percances y llegamos a Albania en algo más de 3 horas.

Cuando salimos del aeropuerto nos encontramos al Jose, con una SIM local con 100GB (porque tampoco hay roaming gratuito) y tiramos al centro de Tirana.

Y dimos una vuelta buscando dónde comer.

Acabamos en el restaurante Tijani degustando unos platos locales.

Y luego fuimos a tomar un café a una cafetería que había al lado, y empezamos a descubrir que los albanos no hablaban nada de inglés pero sí italiano así que Jose, que lleva de estancia en Roma un par de meses, fue nuestro intérprete la mayor parte del viaje.

Y fuimos al piso en el Moonshine apartament, un octavo con vistas bastante chulas.

Descansamos un ratillo mientras echábamos un par de Unites y bajamos para hacer un free tour por la ciudad. 

Empezamos en la plaza de Skanderbeg.

La ópera

Skanderbeg

La muralla

El parlamento

La mezquita azul

El Downtown One con la forma de Albania 

Una iglesia a la que pasamos

El puente de Vodafone

La pirámide de Tirana

La antigua casa de Enver Hoxha

Y volvimos al punto de partida.


Luego fuimos a cenar al Oda Garden


Y finalmente volvimos al piso para acostarnos. El problema del resto de Europa es que aún no han descubierto las persianas y se conforman con cortinas translúcidas. 

Lo que ven los demás

Lo que veo yo

Aún así fui previsor y me llevé el antifaz para poder conciliar el sueño más allá de las 5 y media de la mañana.

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