De mañanas ociosas y viajes de vuelta

Nos levantamos tristes en Trogir, ya que en unas horas pondríamos punto y final a nuestras aventuras croatas.

Terminamos de ducharnos y recoger y a las 9 nos montamos en el coche para dejarlo en Split antes de las 11.

Después de dejarlo no teníamos mucho que hacer así que buscamos un sitio donde desayunar.

Lo encontramos en la plaza Narodni y además fuimos a por unos hojaldres de queso al Bobis más cercano.

Y después fuimos al paseo marítimo a tumbarnos a la sombra para matar el tiempo mientras salía el avión.

Ayer descubrimos que no es posible hacer el checkin online en el aeropuerto de Split así que pedimos un Uber con tiempo y esperamos un rato más a poder hacerlo. 

Finalmente conseguimos la tarjeta de embarque y fuimos a la puerta 6 a esperar a que llegara.

Pasamos las 2 horas que teníamos dando una vuelta por las tiendas de duty free y esperando que la lluvia de última hora no nos cancelara el vuelo.

A las 7 montamos en el avión y a y media estábamos despegando.

Y llegamos a Madrid a las 10, a la misma hora que el anochecer.

María había venido a por mi para dormir en el Casar, y como mis compañeros de viaje tenían que esperar a las maletas, me despedí de ellos y fui a la salida.

Fuimos al Casar mientras hablábamos de nuestro viaje, dejé las cosas y cenamos unos trocitos de pizza que tenía María y terminamos casi a la 1. 

Tras 8 días sin parar de dar vueltas por Croacia y durmiendo lo justo estaba absolutamente destrozado y no tardé nada en quedarme dormidísimo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

De hamburguesas para llevar

De programmers y runners

De tanatorios y purpurina