De veladas de boxeo
Tras una mañana de quereseres y un par de Unites de sobremesa, a las 5 y algo fui a casa de Félix para ir juntos a la velada de boxeo en Villarubia.
El evento era en el pabellón, que desde fuera parecía un edificio soviético abandonado desde la guerra fría.
Llegamos puntuales, aunque la ambulancia se retrasó y no empezó hasta las 8.
El gimnasia Rayfer era el organizador y a Félix, y por extensión a mi, nos reservaron asientos en primera fila.
Los 10 combates fueron una montañana rusa de emociones; pasábamos de contener la respiración con cada golpe en el hígado a gritar mátalo mátalo cada vez que la situación se presentaba.
A las 9 hicieron un descansillo que aprovechamos para cenar.
El último combate era de un boxeador local.
Y para sorpresa de nadie ganó.
Y terminamos a las 12 y algo, un pelín más tarde de lo que nos hubiese gustado. Volvimos a Ciudad Real y como los Nitros estaban en su casa nos quedamos a verles terminar la partida del Subterra.
Terminaron a los 15 minutos y volvimos a Almagro.
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