De ropa adecuada, comida típica y museos antropológicos

Nos despertamos a las 9 sin prisa porque el viaje iba a ser de chill. Desayunamos en el Casar y como yo traía de Cádiz una maleta muy veranieva paramos en el Decathlon de Sanse para comprarme algo para el frío.



Y seguimos nuestro viaje hasta Burgos, aparcamos en un parking al lado del hotel y fuimos dando un paseo para dejar las cosas.

Desde luego el clima era ligeramente diferente que en Cádiz
 

Cuando llegamos a la recepción nos dijeron que se había quedado una habitación mejor libre, con vistas a la catedral, y nos hacían un upgrade de free.

Salimos del hotel casi a las 4, con todo cerrado, y terminamos comiendo en un Taco Bell para disfrutar la gastronomía típica burgalesa.


Y luego fuimos al museo de la Evolución Humana. María paso gratis como estudiante y yo tuve que pagar, aunque poco se me hizo para ver el esqueleto de Miguelón.






Había tantas cosas que ver que al final nos echaron del museo para cerrarlo sin que nos hubiera dado tiempo a verlo todo y dimos una vuelta para ver dónde tomar algo.



Acabamos en el Morito después de hacer una cola de 10 minutillos.


Probamos la morcilla de Burgos, y yo quizá venía con las expectativas muy altas pero se me hizo bastante insípida.

Y después de eso volvimos corriendo al hotel para dormir.

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