De mudanzas interminables y mexicanos gaditanos
Mientras pasaba la mañana telecurrando me di un paseo de despedida por el piso.
Bea vino a las 5 y algo y pasamos toda la tarde yendo y viniendo entre los pisos moviendo las cosas que quedaban.
Se nos hizo de noche |
Y el último paseo.
Cuando lo tuvimos todo en el nuevo piso, bajé un rato a Chispas a la playa mientras Rafa y Bea ordenaban un poco.
Después de ducharnos, fuimos a la cantina Zapata para cenar con colegas del trabajo de Rafa.
Comimos una cantidad de comida desproporcionada |
Eran majísimos y en seguida nos pusimos a hablar de música y deporte. El plan de después era ir al Ykeabana, aunque antes hicimos una parada en un karaoke de camino para cantar 19 días y 500 noches.
Como siempre, un rato bien pero al final se hace pesado, así que salí un par de veces a tomar el aire hasta que a las 2 volvimos al nuevo piso y nos dormimos en cuestión de segundos.
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