De cochinillos asados, carreteras concurridas y cinéfilos nostálgicos
Nos levantamos en el hotel de Valladolid sin prisa y, como teníamos la reserva en el mesón Cándido de Segovia a las 4, salimos del hotel a las 12 e hicimos tiempo desayunando algo en el McDonald's de al lado.
Salimos sin prisa a Segovia, que María no conocía, y tras llegar y aparcar empezamos viendo el Alcázar.
Luego fuimos a la catedral.
La plaza mayor.
Y terminamos en el acueducto, casualmente al lado de nuestro restaurante.
Pedimos cochinillo asado y magret de pato con queso y peras.
Y de postre, a recomendación de Héctor, el ponche segoviano.
Todo ello maridado con unas excelentes vistas.
Pagamos y, considerablemente más llenos que a la ida, volvimos al parking.
En general la carretera no estuvo muy concurrida, aunque había tramos bastante caóticos.
Antes de llegar volvimos a pasar por el Decathlon de Sanse para comprar un colchón hinchable, volvimos al chalet, cenamos algo y en un ataque de nostalgia vimos La ruta hacia el dorado antes de acostarnos.
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