De piscinas llenas y regalos simbólicos
Por la mañana Páter fue a comprar otra bomba para el pozo como la que tenemos el el campo, con un caudal impresionante, y en cuestión de 1 hora la piscina estaba llena.
Por la tarde fuimos a la piscina del camping a tomar unas cerves y los Nitros me hicieron entrega de un vale que no llegó el martes para un regalo que llegará mañana; un pianillo impreso en 3D.
Cuando se empezó a hacer de noche nos fuimos y acerqué a María a casa, quien me obsequió con un increíble dochi de tarta de queso.
Y un poco antes de las 12 me di un par de vueltas a la vía verde mientras terminaba de escuchar la ponencia mimética.
Y a dormir poco después.
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