De runners madrugadores y puertas galvanizadas
La ominosa alarma sonó a las 7 y media, el heraldo de una rápida vuelta a la vía verde (intento dar otra pero el calor me lo impide)
Por la tarde fui con Padre a por una puerta a Leroy y luego la llevamos al campo.
Y por la noche, tras un par de Unites fraternales, me metí en la cama con la idea de dormirme prontito para ir mañana a Madrid.
Pero llevaba varios días decidiendo con María dónde irnos a finales de agosto, para no pasar la feria en Almagro, y finalmente decidimos a Polonia y compramos los billetes, y entre decidir las fechas y el cambio de divisa terminamos a la 1.
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