De mozos de descarga y peluqueros de estraperlo
El frigo de casa ha soportado bien la década y pico que lleva en su sitio, pero ya no aguanta más, así que compramos otro. Por la mañana lo dejaron en el garage y cuando vino mi hermano de trabajar lo movimos como pudimos hasta el pasillo y lo enchufamos para que se fuese enfriando.
Por la tarde me acerqué a casa de Diego para dejarle bien fresh para el veranito.
Y después de seguí un rato con el Ori y hacer una empanada para cenar, por la noche lo de siempre.
Y a dormir (más o menos) prontito para salir mañana a correr.
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