De oficinas solitarias, mexicanos decepcionados y cervezas noctámbulas

Tras dormir sin que nada pudiese perturbar mi descanso, el despertador me sonó a las 7 y un rato después estaba en el metro.

Fui a Meteo escuchando un podcast sobre el ayuno intermitente y todos los estudios que hay de él gracias al Ramadán, pero desgraciadamente iba a ser un día mucho más solitario que ayer.


A la 1 salí al centro para quedar con Máter, mi tía y mis tíos y prima de México para comer. Fuimos al Museo de Jamón a por una sopa castellana que May probó hace 15 años, y el disgusto que tuvo al enterarse de que ya no la tenían fue monumental.

Dimos una vuelta por la galería comercial de Canalejas para tomar un café mientras mi prima nos contaba que va a ser la manager de la Apple Store que van a abrir en la Vaguada.

A las 5 y poco subimos al 001 para ir a Atocha, llegamos a Ciu a las 7 y media y a Almagro a las 8. 

Fui al Bolsillones a tomar algo con los Maconders, no sin antes comprobar horrorizado el estado en el que han dejado mi calle para cambiar, sorpresa, unas tuberías podridas por el agua.


Una ronda allí y otro par en el Marqués y a las 12 nos fuimos a casa, y aunque no me creía cansado apenas tardé un par de picosegundos en caer dormido.

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