De gamers meteorólogos y cenas de despedida

Aunque debería haber ido a la ofi no me veía el tobillo fuerte y gasté otro día de telecurro para quedarme en casa tranquilo.

Jorge y yo terminamos de currar a la vez y por fin cuadramos para jugar a un OW.

A media tarde fui a Mercadona a por unas pizzas para cenar en el piso con la peñita, aunque como al final Cris no pudo venir por cuestiones de salud fuimos a verla Bea, Adri y yo mientras llegaban Carol y Rodri.

Sobre las 9 estábamos todos en el piso y estuvimos hablando de pediatras y fimosis mientras se hacían las pizzas.

Y un rato más tarde, viendo que tenía el violín en el piso Rodri, en un despliegue de virtuosismo y prestidigitación, nos deleitó con una interpretación del Vuelo del moscardón de Korsakov.

Sobre las 12, entre que todos estábamos cansados y que yo madrugaba especialmente para ir a jugar al airsoft, nos despedimos con fuertes abrazos y promesas de vernos pronto.

Y de un momento a otro me quedé solo en el piso, con la única compañía de los recuerdos tan bonitos que me ha dejado este año en Madrid.