De comidas comunales, tiendas de disfraces y baklavas vernáculos

Tras una hora y algo de trabajo duro, a las 9 y media bajé a la cocina a reponer glucosa.

Tras una daily rápida volví a bajar, ya que he descubierto que los bucles for me salen mejor si los escribo al lado de una piscina.

Como no sabía qué plan íbamos a llevar estos días compré comida un poco de sobra, y así que tras conseguir aprender a encender el horno hice una empanada de jamón, queso y unos champis picaditos que me dieron.

Como era demasiado terminé ofreciendo a mis congéneres, y resultó que era parecida a la que le hacían en casa a Titi, allá en Argentina, y se deshizo en halagos a mis técnicas culinarias.

El sábado, aunque yo ya no estaré, es la fiesta del primer aniversario del coliving. La temática es disfraces que empiecen por la letra M, así que como nadie tenía nada a las 5 y algo fuimos unos 10 de tiendas de disfraces a Santa Cruz. 

Como la combinatoria de coches no era suficientemente se vino en el coche Alphy, una chica francesa que quería practicar español, y estuvimos hablando hasta llegar al pueblo.

Había muchas más de las esperadas, imagino que por el carnaval canario

Tras mucho cavilar y descartar disfraces tan válidos como mariachi o manzana, Diego y Dani decidieron ir de militar.

Mientras ellos terminaban de pagar nosotros fuimos yendo a la clase de baile que teníamos a las 7 y media, y cuando estuvimos todos los marayers (que superábamos en 4:1 a los isleños) empezamos la clase.

Foto post bailes

De ahí fuimos a cenar a un libanés que había cerca.

Pedimos varios platos para compartir y terminamos probando todos de todo.

Antes de irnos, el simpático dueño del establecimiento nos invitó a unos baklavas y de ahí nos separamos entre los que se quedaban de fiesta y los que no (yo me uní al segundo grupo) y volvimos en coche al coliving para no tardar mucho en acostarnos.

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