De clases de yoga en tejados y hogueras esotéricas

Estos días me estoy levantando a las 8 (hora insular, las 9 en la península) para trabajar y bajando a desayunar una hora y algo más tarde, volviendo a subir para la daily y a partir de ahí pues lo que vaya surgiendo (hoy concretamente surgió una partida al ping pong de media hora con el Diego antes de comer).

Estuve haciendo la comida para los dos

Después de comer terminé de currar a la orilla de la piscina hasta las 5, que quedamos para hacer un workout de piernas. 

Aunque mi intención era hacerlo no me vi el tobillo suficientemente flexible para hacer sentadillas así que estuve domineando mientras Diego y Dani terminaban.

Insisto en que las fotos no hacen justicia a las vistas

Cuando terminamos subimos al tejado para una clase de yoga con Angela, una profesora de yoga que está de voluntaria en el coliving. Nunca había estado en una y se centró especialmente en ejercicios de respiración y estiramiento, aunque con el tobillo aún un poco tocado me lo tomé con calma.

Esta foto la pasaron por el Slack del coliving pero se ve mucho mejor que las mias

Cuando terminamos ya era de noche y bajamos a mesa puesta para cenar un mac and cheese con verduras increíble.


El plan de la noche era una hoguera de bienvenida a la luna nueva un poco esotérica en el jardín del coliving. Como también era el cumple de Cande, una chica argentina, estuvimos haciendo tiempo en el ping pong mientras llegaban todos para ir con una tarta sorpresa.

Y el momento de la tarta.


Tras eso Angela se sentó al lado de la hoguera y nos llevó de la mano a través de un viaje de misticismo e introspección y luego terminamos todos juntos cantando canciones como Hakuna Matata cada uno en su idioma. 





Tras esto nos dieron las 12 y poco a poco nos fuimos yendo a dormir.

Comentarios

Entradas populares de este blog

De hamburguesas para llevar

De programmers y runners

De tanatorios y purpurina