De brumas tinerfeñas, tiroteos en coche e interlocutores angloparlantes

No sé si lo he contado por aquí pero hace unas semanas estuve hablando por teléfono con Diego, me contó que se iba a un coliving en Tenerife y tras unas gestiones rápidas pillé la única habitación libre que quedaba para una semana y unos vuelos y hoy era el despegue.

Todo comenzó en Ciu, donde esperando al AVE me hice amigo de un chaval de RD que me estuvo contando cómo iba a Madrid a conocer a una jambita y que no sabía cómo ir en metro, y al llegar le aprendí a comprar billetes y nos terminamos despidiendo con un abrazo.

Desde Atocha cogí el bus amarillo que te lleva a Barajas.

Y al llegar ooootra vez a pasar los controles de seguridad.


No había combinaciones de tren mejores así que me tocó esperar casi 3 horas a poder subir al avión.

Me sigue pareciendo una locura que podamos viajar en autobuses aéreos

Fueron 3 horas de vuelo, aunque con el cambio horario llegué solo 2 después.

El cielo estaba feote y se fue poniendo peor los 5 minutos que estuve esperando a que llegara Diego en coche a por mi.

Vino con otros dos amigos, un teleco de Madrid y un abogada de Argentina, y fuimos en coche hasta Santa Cruz de Tenerife, que como había llegado al aeropuerto del norte no nos pillaba muy lejos.

De camino tuvimos un encuentro rocambolesco; un pavo que iba por nuestro carril y no nos pudo adelantar eventualmente se puso a nuestro lado, bajó la ventanilla, sacó la mano con forma de pistola e hizo como si nos disparara (o era de la mafia o estaba como una regadera; preferimos pensar lo segundo).

Bebiendo mate mientras conduce prudentemente

Conseguimos llegar sin más amenazas de muerte, aparcamos en un parking y fuimos dando una vuelta hasta el bar en el que habíamos quedado para cenar.

Una iglesia tinerfeña

Un cartel con el nombre de la ciudad

Fuimos a un restaurante por el centro del que no recuerdo el nombre con un dibujo de una señora policromática en la puerta.

Y dentro ya estaban esperando el resto de integrantes del Maraya.

Aparte de los 2 del coche solo había otro español así que todo lo hablamos en inglés. Acabé sentado ente un chaval de Bélgica, otro de Holanda y otro de Hamburgo y nos estuvimos conociendo mientas llegaba la cena, en mi caso verduras con curry.

Aunque no sabía mucho comparado con los bocadillos que me había llevado al aeropuerto era un manjar

Cuadno terminamos de cenar los más atrevidos fuimos al Bambú, una discoteca de la zona.


Aunqune llegamos a las 12 y la idea era quedarnos hasta la 1 terminamos llegando al coliving a las 2.

La entrada al sitio, la ventana de la derecha es mi habitación

Tras deshacer la maleta y justo antes de meterme en la cama me acordé de grabarle un room tour a María.


Y ya si, a las 2 y media, cansadísimo y con una alarma a las 9 y media para poder desayunar, me fui a dormir.

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