De tuberías rotas y bebés fotogénicos

A las 12 volvimos a quedar con Carlos y dedicamos la mañana a intentar sacar la rosca rota de la tubería, primero con herramientas elegantes y, viendo que no funcionaban, fuimos recurriendo poco a poco a métodos menos convencionales.

Intentando que girara a martillazos

Volvimos a casa sin conseguirlo y por la tarde volvimos a intentarlo, esta vez sin Carlos. Empezamos intentando cortar la tubería, pero cuando usé la cámara del móvil para ver mejor vi que de la tubería antigua solo quedaban restis; la cal la había oxidado entera y estábamos intentando sacar algo que no existía.

Así que quitamos los trozos que quedaban, primero con un destornillador y al final recurrimos a un dremel.


Como resulta que habíamos estado intentando cortar la rosca ya no bastaba con un poco de teflón para asegurar la junta y necesitábamos una pasta de silicona bastante pro para sellarla totalmente la unión, y como en ninguna de las dos ferreterías del pueblo la tenían acabamos desistiendo y buscando un fontanero de verdad para mañana que la tuviera.

Volvimos a casa a als 8, recogí casi un kilo de higos del árbol de patio y cené rápidamente para ir a casa de Carlos a pasar la noche.

Aunque nosotros sí, Elara aún no había cenado.


En principio habíamos quedado para jugar a algo de mesa pero como es normal Elara terminó acaparando toda la atención, sobre todo cuando descubrí la gracia que le hacían los filtros faciales.


A las 12 y algo Ceci se subíl a Elara se subí a dormir y nosotros no tardamos mucho más en irnos a nuestras respectivas casas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

De hamburguesas para llevar

De programmers y runners

De tanatorios y purpurina