De cenas improvisadas, inquisidores indiscretos y amaneceres ferieros

Después de una mañana tranquila y sin nada reseñable que destacar volví a quedar con María a las 6 para ir a la feria.

Llegamos justo en el momento en el que estaban montando a una chica en una camilla para llevársela en ambunancia por un golpe de calor, y segundos después cayó una segunda justo a su lado, todo mientras ni la música dejaba de sonar ni la gente de bailar. 

Como era sábado el Chiri estaba especialmente superpoblado, así que decidimos apartarnos del gentío y sentarnos en unas mesas aledañas.

Y mientras María se tabapa el sol con un abanico surgió una foto interesante.

Llevábamos varios días rumiando la idea de hacer una cena todos juntos, y finalmente gracias a la inestimable ayuda de María la conseguimos sacar adelante.

Como no teníamos nada, Rodri, Carol, María y yo fuimos a Mercadona en el coche de esta última a comprar lo necesario y lo llevamos a mi casa.

Una hora y algo después, a las 10 y media, empezó a llegar la peñita y comenzamos a preparar la carne a la brasa.

Tras cenar nos pusimos a jugar al verdad o reto modo inquisidor, una versión alternativa traída de la mano de Jaime en la que cuando sale el nombre de alguien cualquiera puede hacerle la pregunta que quiera.

Fue tan divertido que nos quedamos hasta las 4 y media de la mañana, momento en el que los mas fiesteros propusieron volver a la feria, así que recogimos entre todos y fuimos pa allá.

Los más recelosos del capitalismo exacerbado del Chiri nos quedamos en el puesto de vinos bailando lo que le tuviera a bien poner a la lista aleatoria que estaban usando.


En algún momento apareció el Ramon y como no sabía qué hacer con la mano libre compartimos vaso.

Entre unas cosas y otras nos dieron las 7 de la mañana y María se tuvo que ir para devolverle el coche a su señora madre. Yo la acompañé al parking con la idea de volver a por unos churros, pero un ataque de realidad me hizo ver que el lunes yo madrugo y opté por volver a casa con ella.

Nos fuimos justo cuando empezaba a salir el sol

Aunque cuando salimos de la feria me notaba totalmente despierto, cuando llegué a las 7 y media a casa me estaba durmiendo de pie, así que fue una mera cuestión de segundos quedarme dormido.

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