De mañanas gamers, rissotos falsos y croquetas mayúsculas
Tras dormir 9 horas del tirón nos despertamos por una alarma que puse por si acaso sin pensar que llegaría a sonar.
Tras desayunar y una tarde de domingo de pareja en el sofá conmigo jugando al Unite y María viendo tistós comimos la ensalada de pasta que sobró.
Por la tarde vimos otro capítulo de la serie, jugamos al Unite, al Iron Marines y al Stumble Guys probamos una compilación de varios juegos a pantalla partida para dos jugadores.
Tras ducharnos (por supuesto con agua fría) nos pusimos guapos y tras mirar un poco por Google Maps acabamos (para nuestra desgracia) en el Memento Mori.
El par de cosas que nos habían llamado la atención de la carta estaban agotadísimas así que pedimos un falso risotto de pato con katsuobushi mientras pensábamos algo más, y terminó siendo lo más malo y peor presentado que nos hemos encontrado en un restaurante.
Lo comimos por pura inanición, María pidió la cuenta y mientras esperábamos lo que parecieron años me pasé por el baño.
Al final fuimos a los Manueles, un sitio donde según María ponían las croquetas más grandes que ella había visto en su vida. y no engañaba.
Cuando salimos del bar un camarero oligofrénico pensó que era buena idea fregar anegando la calle y por supuesto no colocar ningún cartel para poner sobre aviso a los viandantes que cruzaban. Los dos nos escurrimos al pasar, yo conseguí recuperar el equilibrio pero María cayó, aunque todo quedó en un susto.
Volvimos a casa y nos vimos otro capi hasta que nos dieron la 1 y algo y nos acostarnos.
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