De juego limpio, cervezas en balde y gangsters ingleses

Cuando me levanté, después de ordenar un poco el armario y la cocina, le preparé a mi hermano un par de tuppers para que se llevara a Ocaña. A media mañana se pasaron por casa mis tíos de Valencia y cuando se fueron hice unos cachopos para comer.

Quedamos a las 6 y media para jugar un partido, y aunque sobre el papel no parece mala idea el pabellón parecía una olla a presión. Aunque perdimos, ganaron la deportividad y el juego limpio (de lo que me aseguré personalmente hablando con Angus, minuto 3:30)


Cometimos la insensatez de apostarnos una ronda de cerves así que después del partido fuimos al Bolele a por ella.

Se pasaron Natalia y Manuel Cháves y, aunque poco a poco se fue yendo gente, al final los reales nos quedamos hasta las 9.

Volví a casa dando un paseo con Félix y Jose y aunque ellos iban a quedar en la piscina Moreno, yo preferí ir a casa a ver la última de Peaky Blinders con mis señores padres.

Cuando terminó el segundo eran las 12 así que nos fuimos a acostar con presteza.

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