De bañadores de cangrejos, lenguas azules y niños torpes

Los libreros iban a venir a Madrid poco después de comer con una maleta llena de libros de autores españoles para que se los firmaran en la feria de libro del Retiro, pero por la mañana María y yo fuimos al centro para dar una vuelta, y por supuesto fuimos en el metro jugando al nuevo modo del Pokémon Unite.

María está intratable con Charizard

Nuestra primera parada fue una tienda que vende ropa de segunda mano al peso.


Seguimos dando una vuelta (pasando por el Pinta en copas, donde tenemos reservado el martes) y llegamos al nuevo Zara que han abierto en Plaza España (según las fuentes de María, el más grande de España) y después de ver algunos bañadores fresh hicimos el tonto con los filtros de maquillaje.

Fuimos a ver cómo habían dejado Plaza España después de la remodelación y a descansar unos segundos nuestros cansados pies y a hacer el tonto una vez más con filtros.


Tras pasar por el templo de Debod acabamos en el mirador que hay detrás.

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Para qué haces una foto en 21:9 si vas a tapar la mitad con un tronco? Buena pregunta meu amego

Previendo que no íbamos a comer hasta las 3, hicimos una pequeña parada en un restaurante de comida rápida que no ha patrocinado el blog a por un helado de kit kat y un apple pie.

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Después de dar una vuelta rápida por Primark, nuestra idea era comer en el Takos al pastor, pero tras llegar y ver una cola kilométrica a pleno sol optamos por volver al confiable Tiki tacos a probar la parte del menú que teníamos pendiente; quesadillas (y algunos tacos para rellenar).

También probamos la Jarritos, que es como fanta pero peor

Tras esto nos adentramos en el centro centro para ir al Chollo games de Arenal, una tienda de videojuegos retro con precios prohibitivamente altos.



Desde ahí cogimos un metro hasta el Retiro donde nos encontramos a los libreros haciendo cola para que Julia Navarro en persona les dedicara un par de libros que llevaban en la mochila.


Poco después llegaron Edu, Rodri y Carol y fuimos todos a un par de casetas más, pero eventualmente nos cansamos de luchar por avanzar a contracorriente a pleno sol así que María y yo nos compramos un granizado azul y nos sentamos en un banco en la parte trasera de las casetas.


Después de ver un par de veces a Loulogio dándose una vuelta volvimos a buscar a los libreros (a los almagreños; en ese parque había muchos libreros en general) y nos quedamos un rato más con ellos hasta casi las 8, que María y yo nos fuimos a casa a ducharnos y cenar un par de las fafijas vegetarianas.

Cuando el resto llegaron al piso (menos Jaime, que fue a cenar con una amiga) nos pusimos ropa de manga larga  y fuimos a la Bodegita y al poco se unieron Bea, Adri y Cris.

Tras cenar, fuimos dando un paseo hasta el recinto ferial del barrio, donde se celebraban las fiestas de Hortaleza. Me esperaba algo más loco pero era literalmente unas fiestas de pueblo; un recinto de tierra con chozos con música, casetas de comida rápida y atracciones. 

La peñita se metió rápidamente en un chozo, pero como no soy muy fan de esos sitios María y yo fuimos a dar una vuelta por la feria. Todo iba bien hasta que llegamos a las barras locas, donde un niño llamado Javier con la psicomotricidad justa intentaba una y otra vez saltar una barra que iba dando vueltas, paradógicamente cada vez con peor resultado que la anterior.

Javier es el de abaoj a la derecha

A María le dió un ataque de risa y tuvimos que irnos antes de que sus padres, los de la izquierda, se dieran cuenta de que nos estábamos partiendo del chaval.

Volvimos con los demás y nos los encontramos viendo el concierto del Langui desde una loma en frente del escenario.

Nos quedamos hasta que terminó el concierto y volvimos todos juntos al piso, donde echamos una (1) unidad de partida al Pokemom Unite y nos acostamos, Álvaro con Edu y Jaime con el salón para él solo.

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