De trajes elegantes, balcones VIP y pizzas jingoístas

Para los lectores foráneos (shotout a mi peñita de Hong Kong), el viernes santo es el día estrella de la Semana Santa almagreña, donde la gente pasa el día entero fuera luciendo sus mejores galas.


Y María y yo no íbamos a ser menos

Después de dar varias vueltas a la plaza cuales abuelitos un sábado por la noche, finalmente encontramos sitio en el Javi (en realidad es el nombre del camarero, ni sé cómo se llama el bar porque no hemos ido nunca).

Unos paparazzis en la mesa de enfrente nos cazaron

Cuando empezamos a oír cornetas desafinadas en la lejanía, supimos que la vuelta al caracol era inminente y Maria, que tiene contactos, me llevó al balcón más alto de su bar a verla.



Nos acompañaron Miriam y su padre, El Cháves, y compartimos balcón con el epicentro de la explotación laboral almagreña.



Nunca había visto la vuelta al caracol desde arriba (exceptuando el video en dron del hermano de Jaime) y es una experiencia totalmente distinta.



Pedimos raciones en  el Esclavo y nos las llevamos a la mesa del Javi (porque descubrimos tarde que no tenían comida), fuimos a por un café al Quijote Gil (otro bar que no habíamos pisado en la vida) y fuimos al Ezequiel, no sin antes hacernos unas fotos peakyblinderescas.


De camino nos cruzamos con la mesa de los paparazzis, que resultaron ser Joselarcos et. al., y María y yo nos quedamos un rato con ellos. Después de debartirse entre ir a tocar y no finalmente ganó el sí, así que ella se fue a cambiarse y yo al Ezekiel con el resto de los compadres.

Llevo las gafas de sol porque están graduadas y prefiero ver oscuro que borroso

María volvió a pasar por delante y salimos a aplaudirla como merece, y después de llamar para pedir y no tener que esperar una hora volvimos a la San Marcos, después de muchos años, a probar sus pizzas.

Es un bar muy patriótico

María llegó justo cuando terminamos, nos acompañó hasta casa y los libreros se quedaron con ella mientras me cambiaba una ropa más cómoda, fuimos a dar una vuelta por Bolaños y volvimos a casa sobre las 3.

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