De despedidas tristes e informáticos famélicos

María tenía un tren de vuelta a Ciudad Real a las 10 y poco así que nos hemos levantado a las 8, hemos subido al metro con tiempo y nos hemos despedido en Plaza de Castilla hasta dentro de un par de días.

Por si no hubiera suficiente tristeza en mi vida me di cuenta de que se me olvidó la comida que con tanto cariño me había preparado ayer, y entre todo esto y que en la ofi no había ni gente ni mucho trabajo me volví a casa, aunque no comí hasta casi las 5.

Pasé la tarde de chill en el piso ocupándome de quereseres que había ido postergando y por supuesto jugando al Elden Ring, alternando ambas hata las 12.


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