De primas mexicanas y pizzas familiares

El plan era ir a comer al centro con Mádre, Tía y los primos de México, pero como me faltaban bastantes horas me levanté a las 7 y media pensando en que iba a ser un día tranquilito. Pero nada más lejos de la realidad.

Por la noche se cayó uno de los entornos de producción y como estoy de guardián pasé la mañana con Orueta revisando procesos y mandando correos.

A la 1 y media salí de casa y fui hasta el centro en metro escuchando la primera mitad del último podcast de Reverte.

Estaban el el Corte Inglés de Callao, y al llegar conocí a la prima May (porque la última vez que la ví yo acababa de cumplir 4 años), y desde ahí fuimos a comer a un restaurante al lado del taller de Tía.


La parte mexicana de la familia se fue para no perder un tren y Máter y yo nos quedamos un rato en el taller haciendo tiempo para su AVE. 

A las 6 y algo la acompañé a Atocha y cuando la dejé sana y salva en el control de seguridad volví a casa terminando la segunda mitad del podcast.

No me dio tiempo a hacer mucho porque a las 8 y media llegaron Carol y Cris, y un rato después Rodri de trabajar. 

Después de pelearnos con la all del Pastipizza terminamos llamando para encargar un par de familiares y cenamos hablando de las peleas de Rodri con sus compañeros en el curro.


Había sido un día bastante largo y sobre las 12 dejé caer un par de veces que tenía ganas de irme a dormir, pero como ninguno de mis sutiles intentos coló al final tuve que ser un poco más directo, y literalmente unos segundos después de que se marcharan ya estaba metido en la cama.

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