De balizas de colores, lavaderos de coches y zombies medievales

Poco después de comer recogí a María y fuimos a las Tablas de Daimiel (que para mi sorpresa están en Daimiel). Ayer estuvimos viendo los 3 caminos posibles que hay, marcados por colores, y habíamos decidido hacer el amarillo, que por distancia y tiempo era el que nos cuadraba más.

Después de recorrer un camino sinusoidal llegamos a una cabaña desde la que podíamos ver unos patetes bañarse tranquilos en una laguna.

En la cabaña no había mucho más así que no tardamos mucho en irnos para seguir con la ruta.

A mitad del camino había un mirador en el que posé cual modelo de instagram mientras María me animaba a hacer parkour.


Poco después hice un pispis, aunque María decidió esperarse a volver a la civilización para usar el baño. 

Seguimos paseando hablando de onlyfans y similares hasta que llegamos a un descanso donde pusimos el móvil en el suelo y nos hicimos algunas fotos más.

El problema es que salíamos a contraluz y era lento estar dándole al temporizador así que en un alarde de creatividad pusimos el móvil a grabar mientras posábamos para luego extraer frames del vídeo y sacar las fotos más cómodamente.


Cuando volvimos al inicio del recorrido María fue al baño para encontrarse que, contra todo pronóstico, un domingo a las 8 de la tarde estaba cerrado y no había nadie a quien pedirle la llave. Dimos una vuelta rápida y acabamos detrás de una caseta mientras la tapaba con su abrigo cual padre a niño en la piscina mientras se cambia de bañador.

Aunque me había traído un par de plátanos y de tortitas de avena y frutos rojos ninguno de los dos estábamos hipoglucémicos así que fuimos directamente a Almagro (pasando por Bolaños para por supuesto dar menos vuelta).

A la vuelta fuimos a llenar el depósito y de paso le dimos un lavado rápido al coche en el que, para optimizar el temporizador, María disparó la espuma mientras yo esperaba preparado con la manguera del agua para aclararla.

Aunque María casi se viene a jugar al Zombicide era tarde y tenía la maleta sin hacer así que la llevé a casa y nos despedimos hasta dentro de un par de semanas.

Cuando volví a casa cené algo rápido, cogí una bolsa de fritos a modo de ofrenda y fui a casa de Félix y Diego sin siquiera coger abrigo.

Había llegado más tarde de la cuenta y llevaban 2/3 de la partida del Zombicide así que me senté al lado de Diego e hicimos mente colmena para terminar jugar entre los dos su personaje.

Tres cuartos de hora después terminamos de jugar, recogimos y nos fuimos.

Al volver a casa me quedé un ratete en el salón hasta las 12, me fui a la cama no tardé mucho en dormirme.

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