De viajes multihorarios y vueltas a casa

Aunque pretendía ir un poco antes a la ofi al final preferí irme con el Rodri y no llegué hasta las 9, y sobre las 3 y media estaba saliendo hacia la estación de Paco de Lucía donde pillé el cercanías que me dejaba media hora después en Atocha.


Me tocó el legendario cercanías de dos plantas

A las 4 y 10 salía mi tren hacia Cádiz y me entretuve las 4 horas y 5 minutos que duró el viaje viendo unos vídeos de CSGO que previsoramente me había bajado,  un capi de Yo Interneto desde Spoty y aunque me llevé el libro físico de Albaoscura terminé empezándome Escuadrón de Sanderson con el ebook.

Cuando llegué a la estación hacía rato que se había hecho de noche.



El Rafa y el Diego habían venido a recogerme a la estación en coche mientras videollamaban a Antoñete desde Costa Rica, y fue un momento muy bonito reencontrarnos los 4, y desde que montamos en el coche hasta que nos fuimos a acostar nos estuvimos poniendo al día, y mientras íbamos conduciendo dirección a casa empecé a ver sitios por los que había pasado tantas veces antes de irme y me daba la impresión de que solo había pasado una semana en lugar de 5 meses.

Al llegar al piso empecé a ver que cuando me hablaban de Joao, el nuevo compañero portugués, no exageraban; es un puto cerdo. El piso entero estaba bastante desordenado, pero su habitación era la de un diógenes, y que él no limpiara absolutamente nada al finla ha ido poco a poco desgastando al Diego y al Rafa y también han bajado el nivel de limpieza. 

Además, el fregadero estaba atascado y estuvimos vaciándolo por debajo en cubos de agua que tiramos al patio.




Entre el Diego y yo nos pusimos a hacer una tortilla de patata para cenar mientras hablábamos y nos tomábamos un par de cervezas que había comprado de camino y Rafa se quedaba en el salón pendiente del partido del Cádiz, y mientras se hacían las patatas al horno íbamos con él a hablar de amores.




Cuando terminamos de cenar fui a dejar las cosas a la habitación de invitados y entre el Diego y yo hicimos la cama en un momen. Para cuando terminamos eran las 12 y él se fue a dormir. Yo me quedé casi hasta la 1 con el Rafa en el salón mientras veíamos La isla de las tentaciones y seguíamos hablando de la marcha de Diego a Málaga y de las vueltas que da la vida.

Un poco antes de acostarnos llegó el amigo portugués y tras un lacónico Ey siguió para adelante, se encerró en su habitación y no volvimos a saber de él.

Cuando terminó la isla me despedí del Rafa y me fui a acostar, no sin antes asomarme a la venta para otear el mar y asegurarme de que todo seguía bien.


Comentarios

Entradas populares de este blog

De hamburguesas para llevar

De programmers y runners

De tanatorios y purpurina