De segundas dosis, partidos que no se graban y secuestros febriles

Por la mañana me pasé por el centro de salud a por la segunda dosis; little did i know lo jodido que iba a estar en unas horas.

Por la tarde empecé poco a poco a notar un malestar general, lo que me hizo rechazar la tentadora oferta del Félix de irnos un rato a entrenar juntos, aunque no evitó que fuera a jugar a las 10.30.

Antes de empezar me planteé varias veces que fuera una buena idea jugar, pero cuando me pegué dos carreas me empecé a sentir mucho mejor así que seguí.

Nos faltaron Álvaro y Diegazo, que reemplazamos con Joseda y un jambito amigo de la Old School, Antonio Morales. Como el otro día, el Jaime puso el móvil a grabar el partido, esta vez en 4K, sin saber que su móvil solo podía grabar 8 minutos en esa resolución, así que no esta vez no tengo vídeo que enseñarte, incrédulo lector.

Cuando terminamos, el Jose nos acercó al Félix y a mi a casa. Al enfriarme me empecé a sentir un poco peor, pero tenía muchas ganas de ver un ratete a María así que quedamos en el parque de siempre para hablar 10 minutillos, y aunque poco a poco me empezó a dar frío y dolor general no le importó para retenerme en contra de mi voluntad.


Aunque previsoramente me había llevado una chaqueta, a las 2 estaba tiritando y me acercó hasta la puerta de casa. Fui directo a por una manta y me acosté arropado hasta el cuello, y el resto de la noche no fue mucho mejor 🤒.

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