De tardes buscando pisos y noches haciendo masajes

Como los sábados en Almagro, fue una mañana de cocinar; hice mermelada casera con los higos del campo y solomillos al Jerez para comer.

Por la tarde, Edu vino a casa sobre las 6 y algo y seguimos buscando pisos en Madrid hasta casi las 8, que fuimos a Mercadona para comprar bebida y hamburguesas para la noche.

Al volver a casas y dejar las cosas nos dimos cuenta de que no teníamos hielo, así que fuimos al chino de la plaza y de paso nos quedamos un ratete en Macondo esperando a Joseda. Como los libreros se quedaban abiertos hasta las 10 por el teatro, volvimos los 3 a casa y fuimos enfriando las bebidas y encendiendo el carbón.

Sobre las 10 llegaron la señora De Briñas y su hermana y al poco los libreros, y como habíamos sido previsores pudimos cenar al poco, momento en el que volvió Álvaro Chicote.


Nos quedamos hablando en la mesa hasta las 2 y algo, momento en el que propuse alguien propuso jugar unas partidas a los hombres lobo. En algún momento de las primeras partidas el narrador empezó a hacer masajitos al alcalde, y desde ese momento se impuso la regla de que una de sus funciones añadidas sería la de ser el quiropráctico personal del burgomaestre.

Al final nos quedamos hasta las 4 y poco, que recogimos y aprovechamos para inmortalizar la noche en una foto.


Cuando se fueron me quedé recogiendo lo poco que quedaba y me acosté lo más rápido que pude, que terminaron siendo las 5.

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