De viajes de vuelta sorpresas
Al levantarme no sabía si iba a volver a Almagro hoy o mañana, pero me calenté
y compré sin problemas estuve intentando comprar un
billete de AVE media hora con errores con tarjeta y PayPal hasta que por fin
me dejó.
A las 12:45 llegué a la parada de la línea 1 de bus que hay al lado de casa y media hora después llegué a la estación de Renfe. Me llevé el ebook para empezarme Medio rey, de Abercrombie, y 100 páginas después paré para comer un revuelto que previsoramente me había hecho antes de salir de casa.
Llegué a Ciu casi a las 5, donde Máter me esperaba para ir a Almagro (la cámara interna de móvil, solo a veces, mete rayas de colores aleatorios).
Después de ducharme, dejar las cosas y contar un poco las movidas gaditanas fui a Macondo sin avisar a ver quién estaba de librero.
Estuvimos un rato hablando hasta que vino Esther, la profesora de filosofía yepera, y estuvimos los tres hablando un rato hasta que cerramos a las 8. En casa freí unas croquetas para cenar mientras
veíamos una peli en Netflix tan mala que la dejamos a medias y nos fuimos a
dormir.
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